Ni el Consell ni Cáritas tienen las dudas sobre la ubicación del nuevo albergue de Vila en el antiguo retén de la Policía Local que creyeron ver los vecinos de la zona que rechazan este emplazamiento, en los encuentros con el presidente, Vicent Torres, y el delegado diocesano, Miguel Ángel Riera. Tampoco se escudaron en esos encuentros en que la decisión corresponde en exclusiva al Ayuntamiento y Riera añade que, de las opciones disponibles, la del viejo retén es la mejor.

Riera recuerda que la entidad diocesana siempre ha sido partidaria de poder disponer de «dos centros diferenciados», uno de baja exigencia para personas en situación de exclusión social y otro para perfiles más normalizados, un albergue «normal y corriente y de calidad como el que quiere hacer Vila».

Admite que hace años, a través de la Mesa Contra la Exclusión, se aceptó la solución de un centro integral «para ahorrar gastos», porque la alternativa era que no se hiciera nada. «Dijimos que adelante porque no podía ser que la gente estuviera en la calle de esa manera. Hace diez años y seguimos igual». Entonces, un proyecto así habría sido «pionero». «Hoy día la experiencia de estos centros lo desaconseja totalmente», comentó ayer el delegado diocesano de Cáritas.

También considera que es Gorg «no es la ubicación para un albergue», sólo para el centro de baja exigencia. «Queda demasiado lejos. Tiene que ser lo más céntrica posible, no en la periferia», para no aumentar la sensación de marginación de quienes han de acudir a este recurso.

Riera desestimó la posibilidad de ubicar este albergue en la vieja casa de sa Colomina, como se ha planteado recientemente el PP: «Se trata de un Bien de Interés Cultural (BIC) y no se puede reformar. No es cierto que haya dos opciones, sólo hay una».

Por su parte, un portavoz del Consell insular comentó que la ubicación «es una decisión del Ayuntamiento, fundamentada por sus técnicos», lo que no quiere decir que se desentiendan del asunto. «Si Vila considera que es la mejor opción, la compartimos», aseguró la misma fuente.

De hecho, el Ayuntamiento considera que cuenta «con el apoyo» tanto de la institución insular como de Cáritas, que recordó que «se alinea totalmente con la separación de perfiles» de usuarios que permitirá disponer de un centro de baja exigencia y un servicio de acogida diferenciados.

«En ningún caso es una imposición, lo aconsejan los informes», señaló un portavoz municipal. «En otras ciudades del Estado hay centros integrales y no han funcionado», añadió, antes de poner el ejemplo de Palma como un caso de éxito del modelo de acogida que plantea llevar a cabo Vila: «Funciona perfectamente sin incidir negativamente en la vida del barrio», comentó el portavoz.