­Los diputados ibicencos Pilar Costa, del PSOE, y José Vicente Marí Bosó, del PP, se llevaron ayer un sofoco mañanero en el primer día de ´cole´ en el Parlament balear, y fue por ser los más previsores. Ambos habían reservado billete en el vuelo de Ibiza a Palma de Iberia de las siete de la mañana para tener tiempo para preparar la sesión de investidura de Francina Armengol, que comenzaba a las 10.30 horas.

Pero cuando ya estaban en el aparato e incluso había comenzado a retirarse del finger, éste frenó en seco. El comandante anunció por megafonía que había un problema mecánico y tenían que volver al aeropuerto y recoger sus equipajes.

Costa y Marí Bosó empezaron a negociar con la compañía volar en el siguiente, a las 8.15 horas, justo el que habían escogido el resto de los parlamentarios pitiusos. Pero estaba lleno.

Costa no se podía perder la sesión, porque es la nueva portavoz del Grupo Socialista en el Parlament, así que fue hablando en corrillos con el resto de los diputados preguntando si alguno se avenía a no subir al avión y dejarle así un sitio libre. «Estamos negociando los sillones», afirmaba con guasa en uno de ellos el diputado de Podemos Aitor Morrás.

Al final, y por lógica, fue su compañera de filas Silvia Limones, nueva en el Parlament, la que cedió, no subió al aparato y dejó un asiento libre para que Costa volara a Palma y llegara a tiempo a la sesión. La insularidad jugó una mala pasada a Marí Bosó y Limones, que tuvieron que esperar a que Iberia les colocara en otro vuelo.