La consellera balear de Familia, Sandra Fernández, explicó ayer que los usuarios de la residencia de Can Raspalls no podrán usar, por el momento, la piscina. Fernández reconoció que, como habían denunciado los familiares de usuarios del centro de día y varias asociaciones de discapacitados y personas con enfermedad mental, la instalación necesita una reforma. Las agrupaciones denunciaron que la parte del edificio destinado a la residencia, acabado hace cuatro años, se estaba deteriorando por la falta de uso y de mantenimiento.

«Acometeremos las obras de la piscina cuando todas las personas estén ya en la residencia», anunció la consellera, que insistió en que el «primer compromiso» era poner las plazas a disposición de las personas y las familias que las necesitaban.

Sí se han realizado «pequeñas reformas» en las habitaciones, explicó la consellera. «No ha sido ninguna gran obra, únicamente una puesta a punto para que estuvieran en condiciones óptimas», insistió.

La consellera explicó que para atender a todos los internos de la residencia de Can Raspalls será necesario contratar a medio centenar de trabajadores. Estos se irán incorporando de forma paulatina, así como vayan ingresando los usuarios, detalló Fernández, que indicó que es el mismo sistema que se ha utilizado en Sa Serra.