­Tres jefes y exjefes de servicio, médicos, la asesora jurídica, dos supervisoras de Enfermería, personal administrativo y de recursos humanos y auxiliares de enfermería del Área de Salud de Ibiza y Formentera denunciaron ayer a través de una carta (ver texto completo en la página 16) las formas que ha utilizado la gerencia para relevar a la hasta ahora coordinadora de Enfermería, Norberta Sánchez. Los firmantes definen como «cutre y poco humana» la manera empleada para relevarla de su cargo.

Los profesionales recuerdan que, en el momento de su nombramiento, «contaba con el apoyo de una gran mayoría del personal médico, y otros estamentos sanitarios y no sanitarios del Área de Salud». Además, la definen como una persona «comprometida, eficaz y trabajadora donde las haya» y que «intentaba siempre solucionar los problemas de todo el personal» a pesar de las «restricciones». La carta destaca que la ya excoordinadora «no tenía el mismo cariño de las personas de la tercera planta [donde está la gerencia], que han actuado de la forma menos humana y teniendo el relevo preparado desde hace tiempo, sin que ninguna de las partes tuviera la ética ni la delicadeza de avisar lo que se estaba cocinando». En este sentido, explican que cuando Sánchez acudió al despacho del gerente le enseñaron dos cartas, una de marzo y otra de junio «en las que se iba gestando el cese y su reincorporación a su puesto de trabajo en el banco de sangre, puesto que había dejado hace unos diez años, para dedicarse a tareas de organización y gestión».

Lluís Cros, uno de los firmantes de la carta, insistió en que la causa de la destitución de la coordinadora de Enfermería se debió a que se negó «a reducir el personal en planta porque consideraba que sería imposible trabajar». «Supongo que al gerente le aprietan para reducir personal y él tiene que apretar a los suyos porque como no le cuadren los números...», añadió el hasta hace poco jefe del servicio de Dermatología. Él mismo explicó: «La llamaron al despacho y el gerente le dijo que o dimitía o la destituía, ella se negó a dejar su puesto y la destituyeron».

Los trabajadores de Can Misses destacan también el «miedo» que existe en estos momentos a más represalias en el hospital, motivo por el que la mayoría prefiere no significarse.