Adiós al olor a lejía en las manos: esto es lo que debes hacer

La lejía es un excelente producto de desinfección, pero lo que más molesta de usarla es el fuerte olor que deja en las manos

El agua con jabón no elimina el olor a lejía de las manos

El agua con jabón no elimina el olor a lejía de las manos / Pexels

La lejía es un potente agente limpiador y desinfectante pero que a menudo deja un olor muy desagradable en las manos que permanece incluso después de lavarlas con agua y jabón.

El olor permanece mucho tiempo en las manos por el cloro que contiene la lejía, que es una sustancia química altamente reactiva. Cuando entra en contacto con materia orgánica, como la grasa de la piel, puede crear cloraminas, que son las responsables de ese olor tan característico que está asociado a la lejía.

Es importante eliminar el olor a lejía en las manos básicamente porque al significar que tenemos cloraminas, pueden perjudicar nuestra piel con alergias o sarpullidos.

Métodos para quitar el olor a lejía de las manos

Zumo de limón y agua

Exprime el zumo de un limón en un bol y dilúyelo en la misma cantidad de agua. Sumerge las manos en este líquido y frótalas durante unos minutos; posteriormente enjuágalas.

El ácido cítrico del limón ayuda a neutralizar los compuestos de cloro y eliminar el olor a lejía.

Enjuague con vinagre

Su naturaleza ácida ayuda a neutralizar los olores de forma eficaz.

Llena el lavabo o fregadero con agua tibia y añade una taza de vinagre blanco. Mezcla bien. Remoja tus manos en esa solución de 5 a 10 minutos y luego las enjuagas y secas con agua limpia.

Exfoliante con bicarbonato de sodio

Crear una pasta mezclando bicarbonato de sodio con una pequeña cantidad de agua. Masajea suavemente la pasta con tus manos, prestando especial atención a las áreas con fuerte olor a lejía, y déjala reposar durante un par de minutos. Enjuágate las manos con agua y sécalas con palmaditas.

Exfoliante con posos de café

La textura gruesa del café molido actúa exfoliante y ayuda a eliminar las células muertas de la piel y el olor residual a lejía.

Coge un puñado de posos de café y masajéalas durante unos minutos y después enjuágalas.