La olla noruega, la forma de cocinar más sostenible y al alcance de todos

Se trata de una muy buena opción para reducir el consumo de energía en un 70%

La olla noruega, la forma de cocinar más sostenible y al alcance de todos

La olla noruega, la forma de cocinar más sostenible y al alcance de todos

R. P.

Teniendo en cuenta cómo están subiendo los precios, conocer que existen otras

opciones de cocina

más sostenibles y que nos permiten ahorrar es todo un lujo. Pues eso es lo que ocurre con la olla noruega, una muy buena opción para reducir el consumo de energía que, además está al alcance de todos.

La Olla noruega es una olla de

cocción lenta

respetuosa con el medio ambiente que reduce el consumo de energía hasta en un 70%. Para utilizarla, basta con hervir los alimentos antes de transferirlos a la Olla Noruega. De este modo, el proceso de cocción se completa entonces de forma segura, sin supervisión ni ningún otro aporte de energía.

Y es que cuenta con un revolucionario y, a la vez, antiguo diseño de retención del calor no requiere batería ni enchufe ni electricidad. Es una innovación sencilla que ahorra dinero y es buena para el planeta. Su funcionalidad cómoda y portátil facilita la preparación de comidas sanas y deliciosas.

Tal y como explican en solarbrother.com, su

funcionamiento

es muy sencillo. Primero enemos que poner una cazuela, que puede ser de 1,5 a 6 litros, al fuego (puede ser un hornillo o la vitrocerámica) hasta que hierva. En ese momento, apagamos el fuego y cogemos la cazuela para meterla dentro de la olla noruega. De este modo, la comida se cocinará a fuego lento durante varias horas.

Tiempos

A modo de ejemplo, lo que más tarda en hacerse en la olla noruega son las legumbres, de dos a tres horas, a lo que habría que añadir los quince minutos que se tarda en hervir la cazuela en el fuego. Las carnes sin deshuesar también tienen un tiempo similar de coción, mientras que el arroz o los productos a base de cereales tardan en hacerse menos de una hora.

Y lo mejor es su precio, ya que adquirir una olla noruega tiene un coste de unos 130 euros.

La cocina tradicional es un tesoro culinario que ha perdurado a lo largo de generaciones, transmitiendo sabores, técnicas y cultura a lo largo de los años. Se caracteriza por su autenticidad, arraigo a la historia y uso de ingredientes locales. Cada región del mundo tiene su propia cocina tradicional, que refleja su identidad y herencia.

En la cocina tradicional, los ingredientes frescos y locales son la piedra angular. Se valora la temporada de los productos, aprovechando los alimentos cuando están en su mejor momento. Esto no solo garantiza sabores más intensos, sino que también promueve la sostenibilidad y el respeto por el entorno.

Recetas tradicionales

Las recetas tradicionales a menudo se transmiten de generación en generación, con abuelos enseñando a sus nietos los secretos de la cocina familiar. Esto crea un fuerte vínculo entre la comida y la cultura, preservando las tradiciones culinarias a lo largo del tiempo.

Un ejemplo icónico de cocina tradicional es la cocina italiana, con su énfasis en la pasta fresca, los tomates maduros y el aceite de oliva de calidad. Otra cocina tradicional destacada es la francesa, conocida por sus salsas, quesos y técnicas culinarias sofisticadas. En Asia, la cocina tradicional china, japonesa y tailandesa también son famosas por su rica historia gastronómica y la importancia de la armonía de sabores.

En muchos países, las festividades y celebraciones están estrechamente relacionadas con la comida tradicional. Por ejemplo, el pavo asado es un elemento central en la cocina tradicional de Acción de Gracias en los Estados Unidos, mientras que el cordero asado es un plato típico en la cocina tradicional de Pascua en muchas culturas europeas.

La cocina tradicional no solo es una fuente de placer gastronómico, sino también un medio para preservar la herencia cultural. A medida que el mundo se vuelve más globalizado, es importante reconocer y valorar estas tradiciones culinarias que han resistido el paso del tiempo. Al disfrutar de la cocina tradicional, no solo saboreamos alimentos deliciosos, sino que también honramos la historia y la cultura de una región o país en particular.