El cambio climático eleva la alerta por la ameba 'comecerebros': cuidado con el agua del grifo y las piscinas

Se trata de un parásito altamente letal, con una mortalidad del 97% de los casos

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El cambio climático eleva la alerta por la ameba 'comecerebros': cuidado con el agua del grifo y las piscinas

El cambio climático eleva la alerta por la ameba 'comecerebros': cuidado con el agua del grifo y las piscinas / Shutterstock

Los científicos han dado la voz de alarma sobre ameba devoradora de cerebros (Naegleria fowleri) que podría aumentar exponencialmente el número de casos registrados a consecuencia del cambio climático, ya que este protozoo vive en aguas cálidas, por lo que el aumento de la temperatura es un paraíso para él.

Este mismo mes se ha cobrado una nueva víctima en Estados Unidos. Se trata de un ciudadano del condado de Charlotte, en Florida, que se infectó después de enjuagarse la nariz con agua del grifo. El parásito microscópico ingresa por la nariz y trepa por el conducto nasal para invadir el cerebro, que luego mastica y destruye. 

Los síntomas iniciales pueden incluir dolor de cabeza, fiebre y vómitos, antes de progresar hasta provocar rigidez en el cuello, confusión y pérdida del equilibrio.

Pero, ¿qué es la 'ameba comecerebros'?

La conocida científicamente como ´Naegleria Fowleri´ es una ameba que prolifera en aguas cálidas dulce y estancadas. Los lagos, estanques o aguas termales suelen ser los lugares más típicos en los que se puede encontrar, pero también se ha detectado en piscinas climatizadas, como es el caso de la menor de Toledo que se contagió con esta ameba en 2018 y forma parte de ese 3% que logra sobrevivir.

También podría aparecer, con el cambio climático, en aguas del grifo y en piscinas normales, si se dan las condiciones adecuadas para que el protozoo sobreviva.

Este microorganismo puede infectar a las personas que se bañen en esas aguas y causarles una meningoencefalitis amebiana. Esta enfermedad poco frecuente afecta al sistema nervioso central, por lo que este parásito es popularmente conocido como ´ameba comecerebros´.

La principal vía de contagio de la Naegleria fowleri es a través de las fosas nasales. Desde ahí penetra hasta el bulbo olfatorio del cerebro, donde (tras un periodo de entre 3 y 7 días de incubación) comienza a alimentarse de tejido nervioso.

¿Qué es la 'ameba comecerebros' y cómo evitar su contagio?

La ameba 'comecerebros' entra al cerebro por la nariz / DI

Los síntomas de la 'ameba comecerebros'

Los primeros síntomas de la ´ameba comecerebros´ pueden confundirse con los de una gripe común ya que suelen ser dolores de cabeza, fiebre, náuseas, congestión nasal o rigidez en la nuca. Tres o cuatro días después de que empiecen a aparecer dichos síntomas, la persona afectada empeora puede experimentar convulsiones, pérdida del equilibrio y del control corporal, delirios, confusión, comportamiento anormal e incluso coma irreversible.

Después del coma, en la gran mayoría de los casos, se produce finalmente la muerte por paro cardio-respiratorio o edema pulmonar. Y es que la ´ameba comecerebros´ tiene una tasa de mortalidad estimada de un 97%, según el INSHT.

Las personas que fallecen por la ´Naegleria Fowleri´ suelen hacerlo entre siete y diez días después de la infección. La rapidez con la que avanzan los síntomas complica la labor de los médicos y hace que muchos casos se diagnostiquen post-mortem.

¿Cómo evitar su contagio?

Pese a ser un microorganismo que prolifera en multitud de zonas, el contagio de la ´ameba comecerebros´ es poco frecuente y se conocen muy pocos casos. Ya que, aunque su presencia en el agua es común, no lo es su infección.

Aunque no existe un método exacto para prevenir su contagio, no está de más recordar que no se transmite de una persona a otra y que no te contagiarás si estás con alguien infectado.

Pero como en todos los casos, el mejor método es la prevención. Al tratarse de una ameba que se encuentra en aguas calidad y dulces, intenta evitar bañarte en este tipo de lugares, especialmente en verano cuando las temperaturas aumentan. Si no puedes evitarlo, vigila la cantidad de agua que entra por la nariz y evita las piscinas contaminadas o mal conservadas.