La ausencia de frío y lluvias adelanta la presencia de la procesionaria en las islas

Médicos y veterinarios instan a extremar las precauciones para evitar el contacto con la oruga

La procesionaria se ha adelantado. | EP

La procesionaria se ha adelantado. | EP / europa press. palma

EP

La ausencia de frío y lluvias en las últimas semanas ha provocado que la presencia de la oruga procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) en zonas boscosas y urbanas de Balears se haya adelantado a lo que suele ser habitual y con ella los riesgos asociados a su contacto con personas y mascotas. Ante la presencia de la oruga y las reacciones urticantes que produce el contacto con los filamentos que la cubren, médicos y veterinarios instan a extremar las precauciones y ofrecen consejos sobre su tratamiento.

Aunque el contacto puede tratarse fácilmente de manera local y el daño suele ser leve, en casos aislados en humanos puede producir choques anafilácticos graves y, en el caso de las mascotas, las complicaciones pueden acabar con la muerte del animal por ahogamiento si no se actúa con celeridad.

Tras las puestas de huevos a finales de verano, las orugas suelen nacer en octubre, van mudando la piel unas cuatro o cinco veces y elaboran los bolsones o nidos en los que viven. A finales de invierno es cuando la oruga es adulta y baja de los pinos para enterrarse en el suelo.

Desde hace semanas

El jefe de servicio de Sanidad Forestal de la CAIB, Luís Núñez, explica que si bien lo más frecuente es que la aparición de la oruga tenga lugar a finales de febrero o principios de marzo, las altas temperaturas, anormales para esta época del año, y las escasas precipitaciones están provocando que desde hace semanas ya se estén viendo las características filas de orugas en la montaña, aunque también en parques y jardines en entornos urbanos.