Ibiza se entrega a la fiesta de Pacha

Pasaban pocos minutos de las 17 horas y las puertas de acceso a la discoteca Pacha se abrían de par en par para acoger a los centenares de personas que fuera aguardaban su turno en una cola que no tenía fin.

Los compases de la banda de música juvenil de Santa Eulària daban la bienvenida a los asistentes a la Gran Fiesta Solidaria de Pacha. Frente a los músicos, Cachirulo y sus amigos disfrazados de cualquier elemento decorativo navideño, ya fuera árbol o estrella.

En el interior, y así como avanzaban los minutos, la discoteca más antigua de Ibiza -aunque solo mantenga la fachada de aquel entonces- empezaba a acoger a las primeras familias. Unos optaban por participar en el sorteo de la rifa, para la que la

Fundación Pacha había preparado hasta 700 premios de diferentes empresas colaboradoras, mientras que otros se dirigían a la zona de las pintacaras o a la barra en la que se vendían bocadillos, raciones de tortilla, cocas o dulces.

La patrona de la Fundación Pacha y alma mater de esta cita anual de la solidaridad, Alba Pau, recorría la discoteca de un lado para otro, sin freno. «Ahora mismo soy un saco un nervios porque si todo funciona será muy bonito y será un éxito de todos, pero si algo falla me llevaré los palos», señalaba antes de dar el pistoletazo de salida a la decimotercera edición de la iniciativa, que este año destina su recaudación a la Asociación Conciencia y a la Plataforma Sociosanitaria.

Pau señaló que en esta nueva cita solidaria ya se habían superado las cifras del pasado año, no solo en recaudación, también en voluntarios y ayudantes para que el día de ayer saliera todo a la perfección. Entre nervios, Pau se mostró satisfecha ante la cantidad de asistentes que no dejaban de llegar: «Ibiza es tremendamente solidaria», insistió.

La artífice de la Gran Fiesta Solidaria reconocía la falta de psicólogos infantiles que tienen ambos colectivos y la necesidad de contar con estos profesionales para los menores, cuya problemática ha ido en aumento tras la pandemia.

En medio de la pista, y junto al relaciones públicas de Pacha Francisco Ferrer, se encontraba el nuevo propietario de la discoteca, el magnate indico Kabir Mulchandani, que no se perdió detalle de las actuaciones que se sucedieron sobre el escenario principal. A pocos metros de Mulchandani, el que fuera el impulsor, Ricardo Urgell, que fue uno de los primeros en acceder al recinto.

Casi una hora más tarde de la apertura de puertas, la periodista ibicenca Cristina Ramón y el polifacético Juan Carlos Rodríguez daban inicio a la gala, invitando a las primeras artistas; la escuela de flamenco Teresa Rojas. Gimnasia rítmica, los bailes del alumnado de Ibiza Dance Academy o la interpretación en lenguaje de signos de los alumnos del CEIP Poeta Villangómez fueron otros de los números.

Mientras, en el exterior de la discoteca y tras más de una hora desde el inicio de la Gran Fiesta, la cola seguía siendo infinita.

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