Ciencia e innovación

La transformación de un sector través de la innovación y la tecnología

La multinacional BAT tiene un propósito claro: construir "Un Mañana Mejor" reduciendo el impacto de su negocio en la salud. Para ello, se han aliado con la tecnología y la innovación.

BAT - Laboratorios de Southampton

BAT - Laboratorios de Southampton

No es ningún secreto que desde el Gobierno o las autoridades sanitarias se trabaja para concienciar sobre el daño que produce el tabaco en la salud. Pero, ¿qué hacen las propias empresas del sector? En el caso de BAT, se está trabajando para acelerar la reducción del daño y construir 'Un Mañana Mejor’ a través de la ciencia y la innovación. Lo hacen alentando a los fumadores adultos de tabaco tradicional, que de otra forma seguirían fumando, a cambiar a opciones con potencial menor riesgo. Los datos apuntan a que más de 1.100 millones de personas en todo el mundo siguen fumando a pesar de los graves riesgos para la salud, según datos ofrecidos en 2019 en el informe mundial de la OMS sobre las tendencias en la prevalencia del consumo de tabaco 2000-2025. Y, aunque desde la compañía coinciden en que la única manera de evitar riesgos es no empezar o dejar de fumar, no todos los fumadores están dispuestos a hacerlo.

Por eso, la compañía, que empezó como una empresa de tabaco tradicional, se ha transformado en una empresa tecnológica, que ha creado una cartera de productos alternativos de tabaco y nicotina que reducen el riesgo y están respaldados por la ciencia. Cabe destacar que BAT tiene una meta clara: conseguir 50 millones de consumidores de sus productos no combustibles para 2030. 

Dentro de sus laboratorios

La empresa líder de bienes de consumo de diferentes categorías, BAT, cuenta con más de 1.500 especialistas en I+D centrados en la investigación y el desarrollo de productos de lo que ellos mismos denominan ‘nueva categoría’. Carolina García-Cantón, Senior Scientific Engagement Manager de BAT, es una de las científicas que trabaja en el laboratorio que la tecnológica tiene en Southampton. La española entró en la compañía en 2005 en el departamento de Toxicología In Vitro. Carolina recuerda que cuando entró en BAT empezó a trabajar proyectos que buscaban reducir el daño, pero desde entonces “ha cambiado mucho el perfil porque durante estos 18 años hemos tenido que aprender y contratar a expertos en diferentes áreas. Toda la sección de dispositivos electrónicos antes no existía”. 

Carolina García-Cantón, senior scientific engagement manager de BAT

Carolina García-Cantón, Senior Scientific Engagement Manager de BAT / BAT

Antes se trabajaba para reducir los compuestos tóxicos mirando ingredientes y materiales, ahora, además de mirar los ingredientes y materiales, hay que analizar cómo funcionan con el dispositivo electrónico y si son compatibles. Pero para saber si un ingrediente se puede usar en los dispositivos se sigue un minucioso proceso que analiza la toxicidad de ese compuesto. En el caso de los líquidos de los productos de vapeo, BAT elabora sus propios líquidos. Para ello cuentan con un equipo que se encarga de diseñar los líquidos que dan sabores a estos productos.

“Para mí lo mejor de trabajar en BAT es la cantidad de información a la que tengo acceso para seguir aprendiendo y la diversidad que existe con expertos de más de 55 nacionalidades”, nos cuenta la científica. De hecho, Carolina García-Cantón es miembro de ‘Woman in BAT’ una iniciativa para apoyar a otras mujeres de la compañía, compartir sus experiencias y ayudarles a maximizar su potencial. “Cuando empecé en BAT era soltera y sin hijos y 18 años después, tengo marido, dos hijos y una carrera diferente. Mucha gente me ha ayudado en el camino, tanto hombres como mujeres, y llega un momento en el que quieres contribuir con lo que has vivido”. 

Productos de nueva categoría

La cartera de nuevos productos de BAT es reciente y, a pesar de que no existen datos epidemiológicos a largo plazo, existen más de 150 estudios publicados por sus científicos sobre sus productos de nueva categoría que han sido revisados por otros profesionales. La mayor parte del daño asociado a los cigarrillos es causada por los tóxicos del humo producidos por la combustión del tabaco. Para reducir el riesgo, el equipo de científicos de la compañía ha desarrollado nuevos productos que no queman tabaco, como los productos para calentar tabaco u otros como los productos de vapeo, que funcionan con un líquido que puede contener nicotina o no y, más recientemente, también los productos de nicotina oral modernos, en forma de bolsa pequeña que contiene nicotina. Esto da como resultado productos con niveles más bajos de tóxicos en comparación con el humo del cigarrillo tradicional. Todos estos productos, respaldados por la ciencia, se han sometido a miles de horas de pruebas antes de llegar al consumidor.  

Toxicología in vitro en los laboraorios de BAT

Toxicología in vitro en los laboraorios de BAT / BAT

La tecnología y la innovación están impulsando esta transformación. Desde BAT han invertido más de 2.300 millones de euros en 2022 en el desarrollo de estos productos y en su adaptación a las preferencias de los consumidores. 

The E-Cigarette Summit

Estos productos de nueva categoría que han llegado al mercado se enfrentan a diferentes retos. Para abordarlos, el pasado 16 de noviembre se celebró en el Royal College of Physicians de Londres la cumbre The E-Cigarette Summit con el fin de explorar las últimas investigaciones sobre los cigarrillos electrónicos y los avances de la industria al respecto.

Un estudio, que se publicará en 2024 y que ha llevado a cabo el propio Royal College of Physicians ‘Nicotina sin humo. Reducción del daño del tabaco’, respalda el uso de los cigarrillos electrónicos y anima a los fumadores a utilizar este producto para dejar el hábito de fumar. Asimismo, otro estudio del Instituto Wolfson, adscrito a la Queen Mary University of London, apunta que hay más de un 60% de posibilidades de dejar de fumar con el cigarrillo electrónico en comparación con otras fórmulas de nicotina.

Otro de los puntos claves que se trató en la cumbre es la necesidad de una regulación que abogue por mejorar el acceso a los fumadores a alternativas con menos riesgo y que los productos estén evaluados, limitando al mismo tiempo el consumo de tabaco en jóvenes