Un puzle de 2.500 piezas de la época romana e islámica bajo una calle de Dalt Vila

Los restos son de la vida cotidiana y pertenecen a los siglos I a.C. y XI, XII y XIII de nuestra era

Unos dibujos hechos a medias sobre un escritorio junto con lápices, escuadras, cartabones y las piezas retratadas delatan el trabajo que realizan esta mañana Alejandro García y Josué Lorente, los dos becarios de Arqueología de la convocatoria de 2023. En la mesa de al lado, están perfectamente ordenadas muchas piezas de cerámica y restos de animales según el periodo del que proceden. Esta exposición preparada en el Taller de Patrimoni Històric del Ayuntamiento de Ibiza muestra la labor que han desarrollado junto con la técnica de Patrimonio del Consistorio, Rosa Gurrea, desde septiembre.

«Hemos hecho una selección de lo que hemos encontrado en calle Conquista», explica Lorente sobre la procedencia de los materiales arqueológicos. Entre ellos destaca el hallazgo del esqueleto de un perro de la época romana. Lorente muestra una vértebra y un maxilar del animal y abre una bolsa que contiene sus costillas y otros huesos.

Todos estos materiales, «2.500 piezas entre fragmentos de cerámicas, huesos y otros elementos arquitectónicos», fueron localizados tras las obras de renovación de esa vía de Dalt Vila de 2021 y 2022, detalla la técnica de Patrimonio. Según Gurrea, se trataba de «un fondo de casa recortado en la roca y una cisterna púnica».

El Ayuntamiento de Ibiza puso en marcha estas becas en 2013 para tratar el material arqueológico extraído de las excavaciones «de emergencia» del Consistorio, aclara la especialista. En esta trayectoria de diez años, «se han hecho clasificaciones de materiales de casi todas las excavaciones de Dalt Vila y de distintos puntos de la ciudad», señala.

Las piezas analizadas pertenecen a dos épocas distintas. Unas proceden del siglo I a.C, de la época romana, y otras, de los siglos XI, XII y XIII, por lo que son de era islámica. Sobre los restos más antiguos, Gurrea asegura que se trata de material producido en Ibiza junto con algunas piezas de importación. Entre las forasteras, destaca las ánforas, que conservan sellos y formas como una cabeza de león. Explica que es material «de la vida cotidiana».

La arqueóloga Rosa Gurrea muestra una de las piezas

La arqueóloga Rosa Gurrea muestra una de las piezas / Toni Escobar

Por lo que respecta al material de la baja Edad Media, la técnica de patrimonio destaca que proviene del interior de la cisterna encontrada, que fue rellenada «con materiales antiguos e islámicos». En total, asegura que «hay muchísima cerámica de cocina» y huesos de animales. «Yo de huesos sé muy poco. Soy más de cerámica. Ellos [los becados] han trabajado con la clasificación de la fauna», detalla.

Las labores de este grupo de trabajo consisten en lavar, tratar y registrar los hallazgos arqueológicos. En este proceso, también se seleccionan algunas piezas para dibujarlas y fotografiarlas, ya que «es lo que permite compararlas con otros elementos y otros materiales de otros lugares y sacar analogías», prosigue Gurrea. La especialista explica que, tras esta etapa, falta el estudio científico de todo el material.

Lorente apunta: «A mí me gustan bastante los huesos y hemos encontrado algunos con marcas de cortes. Les falta el tuétano, lo que significa que los usaban para el consumo y el despiece». «Antes de este proyecto, había tocado muy poco el tema de la fauna. Todo esto habla también de cómo se vinculaba la sociedad con los animales», añade García.

Trabajo de laboratorio

Este becado, que ya cuenta con dos años de experiencia en el laboratorio, afirma estar familiarizado con el material tardo-púnico por haberse dedicado a la historia antigua. Por el contrario, el de la época islámica le ha costado «un poco más». «Hemos aprendido cómo se organizaba el mundo islámico socialmente en Ibiza y ha sido muy sorprendente. Rosa nos ha enseñado muchísimo», confirma.

«Nunca había hecho trabajo de laboratorio. Al principio ha sido un proceso adaptativo, pero ha sido bastante agradecido porque es un trabajo muy bonito: la arqueología siempre me ha gustado», comenta Lorente, que cursa un máster después de haber aprobado el grado de Historia. Además, valora el complemento que el trabajo práctico ofrece a su formación: «Esta beca me ha venido genial para tocar con nuestras manos aquello que vemos teóricamente o en la bibliografía».

Alejandro García y Josué Lorente, los dos becarios de Arqueología de la convocatoria de 2023

Alejandro García y Josué Lorente, los dos becarios de Arqueología de la convocatoria de 2023 / Toni Escobar

García comenta que los trabajos de las becas empezaron el 11 de septiembre y terminan mañana, por lo que han tenido una duración de 300 horas. «El trabajo ha sido muy satisfactorio, pero es sufrido porque la arqueología es una de las profesiones peor pagadas en España. Hay que tener mucho gusto por la historia, los mitos y lo que generamos como humanidad», relata después de recomendar estas becas a los estudiantes que acaban su formación.

En este sentido, el concejal de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Ibiza, Juan Flores, valora las becas: «Dan paso a que estos chicos empiecen a estar en el entorno de la arqueología de campo». «Además, están a las órdenes de Rosa Gurrea, que es quien realmente comprende la arqueología de Ibiza», añade el representante del Consistorio. «Ha sido una buena toma de contacto para ver este mundo profesional y arqueológico desde un punto más cercano a la realidad», confirma Lorente.

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