Carlos Samblás: «El medio marino protege nuestras vidas»

Su Fundación Almas Marinas imparte cursos de concienciación medioambiental y ha patentado el sistema Sea Guard Barriers que frena los vertidos masivos de plásticos en las desembocaduras de los torrentes, galardonado con el premio Timón de Innovación

El armador y presidente de la Fundación Almas Marinas, Carlos Samblás.

El armador y presidente de la Fundación Almas Marinas, Carlos Samblás. / di

Soledad Bescós.

Carlos Samblás, es el armador y director de la embarcación Falcao Uno y el presidente de la Fundación Almas Marinas, cuyo propósito es la concienciación y educación medioambiental para proteger el medio marino balear de todos los agentes que lo contaminan.

Financian proyectos tan significativos como el rescate de tortugas marinas pero es sobre todo la educación ambiental on board, dirigida a las nuevas generaciones, la que se hace imprescindible para dar a conocer las amenazas e impactos que sufren los mares, así como la forma de corregir y aliviar la inmensa presión que ejercen los seres humanos sobre este medio. Con esta actividad innovadora se logra concienciar y sensibilizar a los alumnos y fomentar el respeto y la conservación de los ecosistemas marinos.

Samblás, nacido en Mallorca, trabajó en diferentes sectores de la náutica antes de lanzarse con el Falcao Uno junto a un equipo de profesionales que creen y trabajan por el proyecto. La embarcación es un yate clásico diseñado en exclusiva por De Voogt, construido en 1965 por encargo de la Familia Real Belga. «Después de tantos años trabajando en el sector de la náutica, buceando y practicando diferentes deportes acuáticos, he podido comprobar y ver el deterioro de nuestro entorno y al mismo tiempo la contaminación que llega al mar y el daño que estamos haciendo a las especies marinas. En consecuencia, a nosotros mismos a través de nuestra alimentación y la acidificación del mar que tanto afecta a la flora marina que nos proviene del 80% del oxígeno que respiramos. De esta forma, sólo cabía la opción de seguir trabajando con el objetivo de poder crear recursos económicos para el fin que nos toca desempeñar, la protección del medio marino que nos da la vida», explica.

La Fundación Almas Marinas, en colaboración con la Fundación Palma Aquarium, imparte un programa educativo a bordo de la embarcación dirigido a colegios, empresas y diferentes tipos de organismos con grupos no superiores a 50 personas desde los 8 años de edad en adelante en el que los biólogos marinos imparten cuatro talleres: Guardines del Mar, Curiosidades Marinas, Capitán por un día y la Recolección de micro plásticos y análisis en microscopio. «Nuestro proyecto medioambiental necesita la colaboración de instituciones, empresas y de cualquier persona que pueda colaborar ya que es una fundación sin ánimo de lucro en la que todo lo que podamos crear en este sentido será destinado íntegramente a cambiar la situación actual», destaca el armador.

Todo el plástico vertido en el medio marino se convierte en micro plásticos que vienen desde tierra. Gestionar plásticos de un solo uso es algo que no se enseña y tampoco cuál es la dinámica por la que llega al mar. En Almas Marinas se educa sobre cuáles son estos procesos a la vez de cómo reducir, reutilizar y rechazar todos estos agentes contaminantes para que no lleguen a los océanos. «Dada esta problemática decidimos crear una solución mientras impartimos educación y concienciación sobre este problema. Así se creó Sea Guard Barriers, un invento de ingeniería desarrollado y registrado juntamente con el Ingeniero de Caminos, puertos y canales D. Juan José Lemm con quien he creado esta solución realista con la esperanza de que pronto esté implementada en todos los torrentes y salidas pluviales que traen toda la contaminación al mar. Este sistema fue galardonado el pasado año por los premios Timón de Innovación otorgados por la Gaceta Náutica y la Autoridad Portuaria de les Illes Balears», explica.

El sistema consiste en frenar la llegada de los plásticos al mar mediante una rejilla y dar respuesta a toda una serie de cuestiones técnicas. La primera, evitar que la acumulación de residuos colapse la desembocadura en caso de torrentada o aumento del caudal; por otro lado, mantener la flotabilidad idónea de la red destinada a retener los vertidos inorgánicos; y por último, el sistema debe permitir una retirada rápida y efectiva del material atrapado y ser lo suficientemente robusto como para soportar las condiciones salinas de los puertos. Sea Guard Barriers consiste en la instalación de una red, cuyo calibre dependerá del grosor de los plásticos que se quieran recoger, anillada a dos pilotes de acero que incorporan un flotador de compensación. Las anillas se deslizan de la misma manera que lo hacen algunos pantalanes flotantes. Se trata, por tanto, de una tecnología cuya eficacia está plenamente comprobada. La mitad de la rejilla, de algo más de un metro de altura, permanece sumergida, impidiendo que se escapen los plásticos y dejando, a su vez, que fluya el agua del torrente.

Esta primera versión de Sea Guard Barriers está pensada específicamente para el torrente de Na Barbarà, en el Portitxol, uno de los más contaminantes de Mallorca. «Los beneficios de la instalación de este sistema son inmediatos y aportan datos muy valiosos sobre la contaminación por plásticos, ya que una vez que éstos llegan al mar son muy difíciles de recoger», recalca Samblás.

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