“La formación profesional es clave para poder dotar de talento a las empresas”

El director del Área de Formación Profesional de CEU San Pablo explica las ventajas que proporcionan los ciclos formativos actuales frente a los grados universitarios y evidencia su eficacia de empleabilidad.

Foto Luis Martinez Abarca CEU (1)

Foto Luis Martinez Abarca CEU (1) / D.R.

Mayte L. Fernández

Luis Martínez-Abarca Lorán, director del Área de Formación Profesional y Universitas Senorivus (CEU San Pablo) revela la importancia de los ciclos formativos en el actual panorama educativo español y cómo, a través de las habilidades técnicas y del trato humano, los alumnos de la Universidad CEU San Pablo encuentran un empleo de calidad en las empresas más punteras del país.

¿Cuál es la importancia de la formación profesional en la educación actual y cómo ha evolucionado?

El objetivo de la formación profesional es proporcionar al tejido empresarial de un país el talento, la formación y la cualificación necesaria para cubrir el empleo de grado medio y medio-superior. Su papel es importantísimo en los países desarrollados, puesto que sus necesidades de empleo, de formación y de cualificación son clave. De hecho, es precisamente la mayor dificultad que tenemos en España, o estamos sobrecualificados, como los universitarios que realizan labores de formación profesional, o justo lo contrario. Se habla de más de medio millón de personas empleadas sin estudios secundarios obligatorios. Por lo tanto, la formación profesional es clave para poder dotar de cualificación y talento a las empresas.

Respecto a su evolución, ha pasado de ser la hermanastra de la formación a convertirse en una referencia. Se utiliza la expresión “la educación profesional está de moda” y a mí es una frase que no me gusta. Las modas van y vienen y la formación profesional es una necesidad real que debe mantenerse y consolidarse como la estructura del mercado laboral.

¿Cuáles son las ventajas de elegir la formación profesional como opción educativa en comparación con la educación universitaria tradicional?

La mayor de las ventajas es que proporciona de una manera más rápida y más práctica, no sin esfuerzo, el acceso al mundo laboral y a empleos de calidad.

¿Cómo se asegura el CEU de que la formación profesional que ofrecen está alineada con las demandas del mercado laboral y las necesidades de los estudiantes?

Lo primero es la calidad formativa de la persona. Una empresa no va a contar con tus alumnos si no están bien formados educativamente. Pero la formación no radica solo en el aspecto técnico, el CEU va más allá y apuesta por el factor humano. Este es su mayor diferencial. Además, cuenta con empresas del más alto nivel para la realización de las prácticas y muchas de ellas se quedan con nuestros alumnos, incluso antes de terminar el periodo de formación.

¿Qué áreas de especialización destacaría en la formación profesional que podrían ser especialmente relevantes en el futuro?

En general, la formación profesional que yo suelo llamar “de cuello blanco” está teniendo un tirón relevante. Por ejemplo, el mundo de la comunicación, de la sanidad, de la tecnología… lo cual es un contrasentido con las necesidades de empleo reales, que están muy relacionadas con la industria. España tiene una carencia de perfiles medios relacionados con ciclos medios industriales muy grande, por lo que todavía nos falta ser capaces de atraer a determinados alumnos.

En su experiencia, ¿cómo se ha adaptado la formación profesional a las nuevas tecnologías y la transformación digital?

A raíz de la pandemia, todos los profesores hemos aprendido a hacer las cosas de otra manera y a enriquecer nuestra aportación personal con otra serie de contribuciones técnicas y digitales. Además, podemos hablar de un auténtico desarrollo en torno a los ciclos tecnológicos, ya que presentan un 100% de empleo.

Luis Martínez-Abarca Lorán, director del Área de Formación Profesional y Universitas Senorivus (CEU San Pablo)

“En este momento, los ciclos tecnológicos tienen un 100% de empleo”

¿Qué estrategias considera más efectivas para promover la empleabilidad de los estudiantes que completan programas de formación profesional?

Yo creo que es al revés. La formación profesional no es la encargada de promover las estrategias, es la encargada de adaptarse a las necesidades. La formación profesional trabaja de la mano con la empresa, por eso el primer paso es escuchar: qué necesitan, cuáles son los perfiles genéricos y específicos y a partir de ahí organizar los ciclos. Esto garantiza que el proceso empieza y termina en la empresa y esto es muy importante porque de lo contrario, es generar formación que no conduce al empleo y este no es el objetivo de la formación profesional.

¿Cómo fomenta el CEU la colaboración entre la formación y las empresas para garantizar práticas y oportunidades laborales para sus estudiantes?

El CEU promueve foros de empleabilidad y foros de discusión y debate con estas empresas con la finalidad de entender cuáles son sus necesidades y poder trabajar conjuntamente con ellas. No obstante, teniendo en cuenta que España es fundamentalmente un país de medianas y pequeñas empresas, debemos escuchar las asociaciones empresariales, tanto las cámaras de comercio que agrupan a las empresas locales, como a las asociaciones especializadas y, a partir de ahí, construir proyectos educativos locales y a medida.

¿Cuál es su visión de la formación profesional en el contexto educativo español y cómo contribuye al desarrollo económico y social del país?

Un país no funciona si su tejido industrial no cuenta con el talento necesario para desarrollar su actividad. La formación profesional tiene como función primordial y casi como obligación cubrir esta necesidad.

¿Cómo podemos atraer a los futuros alumnos a la formación profesional y que la consideren una salida atractiva para su futuro?

Debemos tener un lenguaje directo y cercano para que entiendan que estudiar un ciclo de formación en el CEU es encontrar un entorno que se va a ocupar individualmente de la formación técnica y las destrezas personales del alumno, a través de los procesos de tutorización y orientación. Además, va a estar acompañado en todo momento en su desarrollo humano y tendrá a su disposición empresas punteras en las que poder alcanzar una empleabilidad.

Además, es importante que sepan que desde este año tienen a su disposición dos modelos de formación profesional: el general y el intensivo. Aunque ambos garantizan una educación completa, es imposible garantizar prácticas para un millón de alumnos de formación profesional en un modelo dual. Por ello, el intensivo, que solo tiene el 4% de los alumnos de formación profesional con plazas limitadas, asegura la empleabilidad y afianza el compromiso de las empresas con su objetivo ofreciendo una formación de mayor calidad. Debemos tener en cuenta que una práctica no es empleo, es formación. Por eso, es vital seguir trabajando para lograr el objetivo con tranquilidad y seguridad.