Arqueología en Ibiza: cómo limpiar un mausoleo enterrado durante 2.000 años

Tres arqueólogas y una restauradora inician los trabajos para retirar la tierra acumulada en los 43 sillares que conforman la base del monumento funerario para aplicarles después un producto que rellene sus microfisuras para consolidar sus estructuras

César Navarro

César Navarro

Armadas con utensilios quirúrgicos y de dentista, además de cepillos y brochas de diversa consistencia, el equipo que conforman las arqueólogas del departamento de Patrimonio del Ayuntamiento de Ibiza Rosa Gurrea, Ángeles Martín, Andrea Torres Ferrer y la restauradora Eleonora Carbajal, apenas levantan la vista de la piedra sobre la que trabajan. Cada una en uno de los 43 sillares con los que, hace casi dos mil años, una familia adinerada y de la clase alta del alto imperio romano, construyó el mausoleo dedicado a un miembro de su gens, de su familia, los Cornelios, que apareció durante las obras de reforma de la avenida de Isidor Macabich. Es una labor ardua, metódica pero «apasionante» para las cuatro profesionales, que son conscientes de que trabajan con los restos de un monumento único en Ibiza y de los pocos de este estilo que se han descubierto en España.

Cómo limpiar un mausoleo enterrado durante 2.000 años

Cómo limpiar un mausoleo enterrado durante 2.000 años / César Navarro

«Los mausoleos abarcan un periodo amplio de la historia y éste es de finales del siglo I y principios del II. De este periodo no hay tantos; de época más tardía, sí», explica solícita y sin dejar de trabajar Gurrea.

Los 43 sillares de marés, un tipo de piedra porosa, han permanecido bajo tierra desde que levantó el mausoleo, una construcción rectangular de 3,9 por 3,4 metros y que probablemente se erigía unos cuatro metros del nivel del suelo, a partir de estos bloques que conformaban su base. Casi dos mil años enterrados en un sustrato de arcilla, bajo lo que es ahora el parque de la Paz, protegidos de agresiones externas. Ahora que han visto la luz, que están expuestos a la erosión del viento y la lluvia, las cuatro profesionales tienen la tarea de limpiarlos y protegerlos. Quién sabe cuánto tiempo permanecerán al aire libre en el parque de la Paz, donde el Ayuntamiento quiere que permanezcan para museizarlos y, como diría cualquier político que se precie, «ponerlos en valor».

Cómo limpiar un mausoleo enterrado durante 2.000 años

Cómo limpiar un mausoleo enterrado durante 2.000 años / César Navarro

Carbajal, que lleva ocho años como restauradora en Ibiza, detalla que una vez liberados de su provisional piel de arena, los bloques de piedra recibirán un baño de consolidante, un producto que es «importante aplicarlo porque la piedra está bastante disgregada». Está elaborado «a base de silicato de etilo y penetra en el marés, que es poroso, para rellenar las microfisuras que tienen y consolidar» la estructura de cada sillar.

«Es un trabajo que se tiene que hacer muy rápido porque la piedra no tiene que estar húmeda y tiene que estar libre de polvo. Se tiene que hacer todo de una pasada porque el silicato se queda en superficie al evaporarse y necesitamos que penetre». Esta experta adelanta que lo aplicarán «en todas las caras que queden expuestas al exterior» de cada sillar, pero «también en todas las zonas en las que podamos». Hay que tener en cuenta que una vez finalizado el proceso de recuperación de la estructura, se deberán sellar las juntas que quedan entre los grandes bloques con piedras recuperadas del mismo yacimiento.

Los trabajos previos a su museización

Los sillares, apunta Gurrea, «tenían muchísima humedad y los hemos dejado secar al aire libre», protegidos por una carpa. «La idea ahora es limpiarlos, quitarles toda la tierra y aplicarles el consolidante. Luego le daremos el acabado final reconstruyendo las piedras en las zonas que faltan y simulando la pira funeraria en el fondo», donde se hallaron unos restos de cenizas y huesos. Se refiere la arqueólogo al proyecto de museización, ya finalizado por el Consistorio, que contempla vallar el mausoleo para que quede expuesto con la información adecuada para que los ciudadanos puedan interpretar este fundamental hallazgo.

Es tal su relevancia que el monumento está relacionado con otros importantes hallazgos localizados en su entorno físico inmediato. Gurrea recuerda una inscripción que, según se explica en la Enciclopèdia d’Eivissa i Formentera, es «un epígrafe honorífico que al parecer estaba dedicado a Marco Cornelio Avit, posiblemente el hijo de Lucio Cornelio Long y padre de los cuatro hermanos Cornelio».

«Una nueva muestra del poder econónico de esta familia y de su posición social más elevada»

En el texto se informa, añade la enciclopedia, de que la lápida se hizo «con el dinero que sobró de lo que había mandado gastar en su testamento para erigir un mausoleo y levantar una estatua de mármol» en la isla, y que no se ha conservado. Este texto es «una nueva muestra del poder econónico de esta familia y de su posición social más elevada», añade la enciclopedia pitiusa.

Esta familia sufragó además la construcción de un acueducto para suministrar agua al «Municipius Flavius Ebusus», la Ibiza romana, un trozo de cuyo trazado se conserva en Can Misses. Así se explica en otra lápida de mármol blanco hallada en el siglo XVI «que se llevó a Perpiñán Joan Antoni Deví, que fue gobernador y capitán general de Ibiza, y que actualmente se encuentra en el patio del castillo de Corbera. En la inscripción figuran seis miembros de la família Cornelia», detalla la enciclopedia.

También es más que probable que esta familia fuera la propietaria de la villa cuyo hipocausto (sistema romano para calentar las termas y las viviendas) fue hallado durante las obras de construcción del colegio de Sa Bodega, en 2011, a escasos metros del mausoleo.

Todo es posible. Pero para arrojar algo más de luz a la historia se ha apuntado de manera voluntaria y entusiasta el antropólogo forense ibicenco Nicolás Márquez Grant, que se ha llevado para analizar los restos que fueron hallados en el interior del monumento: ceniza y trozos de huesos mezclados con arcilla. En una entervista a Diario de Ibiza firmada por Maite Alvite, Grant apuntó que, en una primera valoración, estos huesos «pertenecerían a un mínimo de seis personas, entre ellas, al menos una mujer, varios niños y un bebé».

Lo que le sorprendió también, añadió en la entrevista, es que aquellos huesos pertenecían a individuos de diferentes grupos de edad, entre ellos el bebé y varios niños de entre uno y cinco años y de entre cinco y diez años, además de un adulto de entre 20 y 35 años. Y comprobó además que había dos huesos que delataban que sus propietarios habían tenido en vida una fractura, «uno en un dedo del pie y otro en la mano».

Pocas cosas escapan ya a los avances tecnológicos. Incluso tras dos mil años.

Vídeo del inicio de la limpieza y restauración del mausoleo romano hallado en Isidor Macabich (Ibiza)

César Navarro

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