Arqueología forense

Nicolás Márquez Grant, un antropólogo forense de Ibiza tras la historia del mausoleo romano

Nicolás Márquez Grant, todo un experto en antropología forense criado en Ibiza y residente en Oxford, se ha encargado de hacer una primera valoración de los restos óseos hallados en el monumento funerario

El equipo arqueológico, con Rosa Gurrea al frente, en el mausoleo romano, el pasado diciembre. | CÉSAR NAVARRO

El equipo arqueológico, con Rosa Gurrea al frente, en el mausoleo romano, el pasado diciembre. | CÉSAR NAVARRO / Maite Alvite

Maite Alvite

Maite Alvite

Los restos óseos hallados en el monumento funerario descubierto en la avenida de Isidor Macabich, en Vila, «son maestros que nos enseñan su vida y su muerte en el pasado». Lo dice el antropólogo forense Nicolás Márquez Grant, que ha tenido la oportunidad de hacer una primera valoración de estos huesos, que «pertenecerían a un mínimo de seis personas, entre ellas, al menos una mujer, varios niños y un bebé».  

Cuando el antropólogo forense Nicolás Márquez Grant (Irvine, Escocia, 1976) se enteró «a través de Diario de Ibiza» del hallazgo de los restos de un mausoleo romano en la avenida de Isidor Macabich no dudó en llamar a la arqueóloga municipal de Vila, Rosa Gurrea, para conocer todos los detalles y coger un avión de Mallorca a Ibiza para ver con sus propios ojos lo que considera «un descubrimiento único» en la isla. A pesar de que, reconoce, no es especialista en época romana, pensó que siendo aquel un monumento funerario y habiéndose encontrado restos óseos, «podría aportar bastante información» como experto en antropología forense.

El antropólogo forense Nicolás Márquez Grant.     | ARCHIVO PERSONAL DE N.M.G.

El antropólogo forense Nicolás Márquez Grant. | ARCHIVO PERSONAL DE N.M.G. /

Aunque vive a caballo entre Oxford y Mallorca, este licenciado en Arqueología y Enseñanza en York (Inglaterra), de madre escocesa y padre español, sigue estando muy ligado a la isla en la que se crió y estudió hasta los 18 años y no pierde oportunidad de estudiar restos humanos del pasado hallados en Ibiza, algo que, afirma, le «apasiona».

Solo hay que echar un vistazo a su currículum para comprobarlo: la tesina de su máster en Osteología y Paleopatología, que hizo en Sheffield, «fue sobre la necrópolis islámica de es Soto y la necrópolis púnica de ses Païsses de Cala d’Hort» y su doctorado, que realizó en Oxford, se centró en el estudio de los restos humanos de época púnica y antigüedad tardía de Ibiza.

Quiere contribuir «a dar a conocer la historia de la isla desde la perspectiva biológica», dice. Añade luego que «el estudio antropológico de los restos hallados en el mausoleo romano de Ibiza es importante porque aporta conocimientos sobre las costumbres funerarias y el estilo de vida de la época en el Mediterráneo».

Los huesos, "maestros que nos enseñan su vida"

«Me gusta ayudar y hacerlo con algo que conozco y darle una dignidad a los restos humanos hallados en este monumento funerario. Antes eran personas, ahora son maestros que nos enseñan su vida y su muerte en el pasado», contesta cuando le preguntan por lo que le llevó a interesarse tanto por el hallazgo realizado durante las obras de remodelación de la avenida de Isidor Macabich.

Márquez Grant viajó a Ibiza para hacer un estudio preliminar el pasado noviembre, cuando todavía se estaba excavando en la zona para descubrir toda la base de mausoleo, trasladado ahora al parque de la Paz para ser museizado. Lo que vio el antropólogo forense fueron los restos óseos de inhumaciones que se habían hallado en los estratos que estaban por encima y alrededor de lo que quedaba de esta construcción, que albergó en su día la urna con las cenizas y restos de huesos quemados de un romano de la importante familia Cornelia de Ebusus, según las investigaciones realizadas por el equipo arqueológico encabezado por Rosa Gurrea.

Valoraciones iniciales

Restos óseos de al menos seis personas inhumadas 

Según la valoración inicial del antropólogo forense Nicolás Márquez Grant, los restos óseos humanos hallados en el mausoleo romano corresponderían a un mínimo de seis personas, entre ellas varios niños. 

«Los restos óseos humanos encontrados son pocos, estaban mezclados con alguno de animal. No había cráneos y solo una mandíbula, pero me percaté de que había huesos repetidos, entre ellos seis clavículas izquierdas, de lo que deduje que, como mínimo, estamos hablando de seis personas y, por lo menos, una de ellas mujer», explica.

Lo que le sorprendió también es que aquellos huesos pertenecían a individuos de diferentes grupos de edad, entre ellos un bebé y varios niños de entre uno y cinco años y de entre cinco y diez años, además de un adulto de entre 20 y 35 años. Asimismo, pudo comprobar que había dos huesos que delataban que sus propietarios habían tenido en vida una fractura, «uno en un dedo del pie y otro en la mano».

"Estaría bien hacer datación por radiocarbono y analizar el AD"

El antropólogo forense tiene intención de viajar de nuevo a Ibiza en un par de meses para hacer un estudio de estos restos humanos más detallado. Para esta segunda valoración no requerirá de ningún instrumento especial, solo sus ojos, libros y algún instrumento de medición. Quiere hacer un inventario de todos los restos localizados e intentar aproximarse un poco más al número mínimo de individuos a los que pertenecen y extraer información sobre el sexo, la edad, el tipo de alimentación y las patologías».

Su idea, adelanta, es tomar muestras para luego hacer análisis químicos que permitan conocer la dieta que seguían sus propietarios y de ahí inferir incluso su procedencia. «También estaría bien hacer datación por radiocarbono y analizar el ADN para ver si hay algún parentesco entre las personas cuyos cuerpos fueron inhumados allí», añade.

Este profesor de Antropología forense de Cranfield University, que da clases también en Oxford, sabe mejor que nadie que de los huesos «se puede sacar mucha información» y él es todo un experto en la materia. Ha trabajado con la policía británica en casos de homicidios, suicidios y catástrofes y para los Ministerios de Defensa de Estados Unidos y Gran Bretaña para localizar e identificar los restos de individuos fallecidos en la Primera y la Segunda Guerra Mundial.

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