El problema de la vivienda es menos si lo que se busca es un piso de una sola habitación. Y aún menos si no te importa el estado en el que está la propiedad. En Sant Antoni de Portmany, por ejemplo, la inmobiliaria Solvia (la que gestiona los valores inmobiliarios del "banco malo"), ofrece un apartamento de segunda mano en venta con una superficie de 32 metros cuadrados distribuidos en una habitación, cocina amueblada, armario empotrado, un baño y una terraza. Ubicado en una zona residencial, cercano a la playa. Se trata de un inmueble de 75.000 euros.

La crisis obligará además a bajar también los precios de los alquileres. En este sentido durante las primeras semanas de confinamiento muchos caseros se ofrecieron incluso a perdonar rentas a sus inquilinos para que así pudieran superar de una manera más sencilla la pérdida de ingresos sobre todo en el caso de los autónomos que se vieron obligados a cerrar sus negocios sin ninguna alternativa viable y teniendo que pagar los impuestos correspondientes a pesar de no tener ingreso ninguno en su cuenta.