Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Adiós de Erwin bechtold - Las reacciones

Fallece Erwin Bechtold: «Es el fin de una época»

Los artistas reclaman un esfuerzo a las administraciones para «cuidar y valorar su legado»

Erwin Bechtold en una visita a Diario de Ibiza en 2016. Lorena Portero

Grande. Muy grande. Enorme. Son palabras que suenan cuando se habla de Erwin Bechtold y que hacen pensar primero, la memoria es así, en su metro noventa y pico de humanidad.

Bechtold era un tío muy grande, que llamaba la atención cuando entraba por la puerta de cualquier acto, por su estatura, pero también por su eterna sonrisa, sus carcajadas sonoras, su mirada entre pícara y desafiante o su inconfundible acento alemán casi de película. Suenan muchas otras palabras: alegre, vital, generoso, entrañable, cariñoso, entusiasta, trabajador, apasionado, divertido, sencillo...

Se repiten tanto y en varias conversaciones distintas que hacen pensar que todo eso es bien cierto. Muchos lo vieron por última vez hace poco más de un mes, en la inauguración de la exposición antológica de Zush en el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza (MACE), donde estuvo riendo y repartiendo tremendos abrazos. «Sabíamos que estaba muy enfermo, pero seguía siendo Bechtold, había ascendido a la inmortalidad», resume el escritor Julio Herranz.

El Ayuntamiento de Santa Eulària fue ayer el encargado de dar la noticia de su muerte, en una nota en la que la alcaldesa, Carmen Ferrer, transmitió las condolencias del municipio que acogió a Bechtold durante la mayor parte de su vida «a todos aquellos que se han quedado huérfanos de una persona que destacó en el campo artístico pero que también ha dejado una profunda huella en lo personal».

Los representantes del Grupo Ibiza 59, con Rafel Tur Costa al fondo Archivo DI

«Hoy es un día muy triste porque se ha ido una persona muy relevante y que ha significado mucho para la cultura de Ibiza. Nos queda el consuelo de haber podido reconocer su trabajo en vida con la Medalla de Oro de la Institución, que hay a algunas personas a quien nunca les llega. Es un referente. Nos deja un legado importante y como institución tenemos la obligación de darle a conocer a las futuras generaciones. Mantenerlo vivo», señaló la consellera insular de Cultura, Sara Ramon.

«La primera palabra que me viene a la cabeza es ‘fundamental’ -dijo el concejal de Cultura de Vila, Pep Tur-. Es una de esas personas que ha sido capaz de influir en los demás. Su llegada a Ibiza, junto a otros artistas que también escogieron la isla, sirvió para que Ibiza diera un salto cuántico en la llegada de las vanguardias». Tur destacó la «excelente relación» que Bechtold mantenía con el MACE, donde está «muy bien representado», y su calidad humana: «Todos los que le conocieron le quisieron y hay que destacar sus valores artísticos y humanos».

Erwin Broner, Katja Meirowsky, Bechtold y Bob Munford DOMÍNGUEZ/AISME

La exconsellera balear de Cultura, Fanny Tur, definió a Bechtold como «un niño grande»: «Que Bechtold llegara a Ibiza en los 50 y creara el Grupo Ibiza 59 sirvió para colocar a la isla en el mundo del arte internacional. Ayudó a encender la luz en unos años de oscuridad. Le debemos agradecimiento eterno porque allí donde se hable de Bechtold se hablará de Ibiza y eso es impagable».

También se refirió al Grupo Ibiza 59 la galerista y promotora artística Caty Verdera, que organizó varias exposiciones de Bechtold tanto en el MACE como en la desaparecida y recordada galería Van der Voort de Dalt Vila: «Ha sido un artista superimportante para la isla. Su llegada, la creación del Grupo Ibiza 59 y toda su trayectoria, porque ha tenido una vida muy larga, forman parte del legado que deja a la isla. Ha sido un referente».

Broner, Hans Laabs, Bechtold, Katja Meirowsky y Antonio Ruiz a principios de los 60 Archivo DI

«Un artista con mayúsculas». Así definió ayer a Bechtold el poeta Julio Herranz tras conocer la noticia de su muerte. «Siempre he admirado su vitalidad, su entusiasmo, su forma de sonreír a la vida incluso en las adversidades. Con su muerte se cierra una época, tras la desaparición de otros artistas como Tur Costa o Micus, y creo que coincide con una cierta decadencia del arte en la isla», añadió Herranz.

«Es el fin de una época», coincidió el artista Pedro M. Asensio, amigo de Bechtold desde hace años, con el que viajó en una de sus últimas visitas al Museo de Arte Moderno de Duisburgo. «Es el último referente de una generación que introdujo a Ibiza en el arte europeo -insistió-. Hay un deber de gratitud con una persona que hizo tanto por el arte y llevó el nombre de Ibiza por toda Europa».

El apoyo de Christina

«Era una persona vitalísima, fuerte, de personalidad rotunda y generosa en un sentido total. Siempre amabilísimo y de fácil relación. Le gustaba hablar con la gente y no escondía nada. Hablaba sin tapujos. A los artistas nos dio muchas claves de lo que significaba esta profesión y lo hacía con total humildad», continuó Asensio, que destacó el apoyo que siempre ha representado Christina en la obra y la vida de Bechtold, y que reclamó a las instituciones ibicencas que hagan «un esfuerzo para cuidar y valorar su legado, para que quede para las siguientes generaciones».

Erwin y Christina Bechtold, la exalcaldesa de Vila Lurdes Costa y la directora del MACE, Elena Ruiz Sastre, en un concierto homenaje a Bechtold en el MACE Vicent Marí

El también artista Gilbert Herreyns, que compartió exposiciones y tertulias con Bechtold, destacó por su parte la importancia de Bechtold, «sobre todo en la época de los años 50 y 60, con la llegada de estos artistas a la isla y la creación del Grupo Ibiza 59. Ha sido muy importante para lanzar la fama artística de Ibiza en el siglo XX», señaló el creador belga afincado en la isla desde hace décadas.

Bechtold, en el estudio grande de su casa de Sant Carles J.A.Riera

En el año 2009 se estrenó el documental ‘Erwin Bechtold, retrato de un artista’, del director ibicenco Enrique Villalonga, que recordaba ayer aquel rodaje: «Lo que me llamó la atención es que entrevistamos a artistas y creadores de diferentes ámbitos, en Ibiza, Madrid y Barcelona y descubrimos que era una persona muy querida y que era un artista con necesidad de ser reivindicado. Quizás haber venido a Ibiza y alejarse de los núcleos del arte no le ayudó a darse a conocer, aunque él apostó por un camino y se quedó en la isla». Villalonga ve a Bechtold como «un artista muy coherente en la idea y en la forma. Creo que su gran acierto es que su lenguaje plástico siempre se adecuaba a su idea, que la forma siempre tenía que ver con el contenido».

Compartir el artículo

stats