Ya han eclosionado los huevos de los nidos de chorlitejo patinegro ( Charadrius alexandrinus) que proliferaron durante el confinamiento sanitario. De los cinco nidos localizados y protegidos en las dunas de es Cavallet, en Ibiza, el 85% de los polluelos han sobrevivido, mientras que el nido encontrado en la playa de Llevant de Formentera no ha podido seguir adelante.

A finales del mes de mayo, Diario de Ibiza publicó que trabajadores del Parque Natural de ses Salines habían identificado varios nidos de esta ave acuática en es Cavallet. Para protegerlos, se instaló señalización temporal y se delimitaron los polígonos donde se había detectado su presencia porque se preveía que acudirían muchos turistas, así como rejas de mallazo de obra para evitar la depredación de los nidos, realizada principalmente por perros.

El artículo 'Nidificación de Charadrius alexandrinus en el ámbito del Parque Natural de ses Salines de Ibiza y Formentera: efectos y consecuencias de la declaración del estado de alarma por la Covid-19 y mesuras de gestión', ratifica ahora la presencia de nidos de chorlitejos en zonas donde no habían nidificado desde hace 70 años y el aumento de nidificación en las zonas húmedas donde ya tenían presencia. La razón principal de este cambio reside en la desaparición temporal de cualquier tipo de presión antrópica a causa de las restricciones derivadas de la crisis sanitaria.

La nidificación de chorlitejos no se había documentado desde que comenzaron los censos de aves acuáticas nidificantes dentro del Parque en el año 1993. Los testimonios orales que recoge el estudio recuerdan que, entre los años 30 y 60, las zonas de es Cavallet y Llevant eran lugares donde resultaba habitual que los chorlitejos depositaran sus huevos. La elevada presión humana que padece este espacio natural provocó que el éxito reproductor en estas zonas se viese comprometido.

Aumento en la reproducción

Por otra parte, se encontraron dos nidos ocupados en la playa de es Codolar (también en el municipio de Sant Josep) y un aumento significativo de parejas reproductoras en las Salines d'en Marroig, en Formentera. Allí, en el último censo, de 2018, se habían contabilizado cuatro nidos, mientras que este año ha habido un mínimo de diez parejas.

Las consecuencias del confinamiento vuelven a plantear espacios como es Cavallet como zona potencial de nidificación, motivo por el cual el Govern balear tacha de «necesario, tal como apunta el estudio, adaptar las medidas de protección de nidos y minimizar las molestias antrópicas».