El parón sufrido en las obras de la carretera de Santa Eulària no será obstáculo para que queden finalizadas este verano, según explicó ayer el conseller de Territorio del Consell, Mariano Juan. Aunque la previsión inicial, antes del estado de alarma, era que la carretera estuviera transitable a mediados de julio, el retraso provocado por la epidemia hará que este objetivo no se alcance «hasta bien entrado el verano», pero en todo caso ya se podrá circular por esta infraestructura a principios de septiembre, aseguró. (Mira aquí cómo avanzan actualmente las obras)

Las obras han estado paradas durante un mes y medio. Hace un mes se levantó parcialmente la suspensión y se reanudaron algunos trabajos, y desde hace dos semanas ya se ha levantado totalmente la paralización, lo que ha permitido reanudar los trabajos de asfaltado, que estos días se centran, por ejemplo, en la variante de Ca na Negreta.

La reactivación de las obras no es instantánea: «Se necesita un tiempo para volver a coger el ritmo, porque el material de contrucción no está llegando con la misma soltura que antes y, además, hay unas normas de protección entre los trabajadores que no existían antes», todo lo cual ralentiza el trabajo. De hecho, se está rehaciendo el plan de obra para adaptarlo a la nueva situación. Por estos motivos, la presencia de trabajadores sobre el terreno es todavía discreta, en comparación con otras fases de la ejecución del proyecto.

En todo caso, el Consell no ve impedimento para que «a finales de julio ya pueda pasar el tráfico por la parte nueva de la carretera y, de este modo, ir asfaltando la parte vieja», indicó el conseller.

En la actualidad, se está vertiendo asfalto en las calzadas de nueva creación, es decir, por donde se amplía la carretera. Son tramos como la variante de Jesús, que ya está totalmente pavimentada, y la de Ca na Negreta. También se hará lo mismo en los laterales del tronco principal de la carretera.

Indemnización a la UTE

Indemnización a la UTE

Por otra parte, está previsto que el Consell de Ibiza tenga que indemnizar a las empresas constructoras por el parón que ha sufrido el proyecto. Se trata de un imperativo derivado de los decretos del estado de alarma aprobados por el Gobierno, que obligan al promotor (en este caso, el Consell) a compensar a la empresa por los perjuicios que sufre y que no son atribuibles a ella. En todo caso, Mariano Juan dijo que el coste de esta indemnización aún no ha sido fijado, pues es necesario realizar antes los inventarios de maquinaria y personal que se han visto afectados por esta situación de parálisis por el estado de alarma.

Las obras quedaron suspendidas el pasado 26 de marzo, por acuerdo del Consell Executiu, ante la imposibilidad de garantizar el adecuado suministro de materiales y para garantizar las necesarias medidas de protección del personal que trabaja en las obras.

La UTE Tecopsa-Hermanos Parrot había solicitado dos días antes esta suspensión, debido básicamente a la dificultad para encontrar materiales en la isla en pleno confinamiento, según informó el Consell Insular en su momento.