La Agencia Balear del Agua (Abaqua), dependiente de la conselleria balear de Medio Ambiente, ha adoptado medidas para reducir las molestias que causan a los vecinos el ruido de las bombas de impulsión del depósito de agua de ses Coves Fosques, en Sant Josep, y tratar de evitar los sabotajes que se han ido produciendo: alguien salta la valla y detiene, pulsando el interruptor de paro de emergencia, el generador eléctrico que abastece a las bombas.

Los paros de emergencia del grupo electrógeno pueden causar graves problemas a las redes de suministro de agua. De hecho, como consecuencia de una de las interrupciones forzadas del sistema, se rompió, a principios de este mes, la válvula de retención de la canalización que suministra agua desalada a las zonas de Can Frígoles y sa Caleta.

La población de estos dos núcleos de población sigue a día de hoy sin agua desalada. Para «asegurar el servicio» y evitar problemas, el Ayuntamiento de Sant Josep ha decidido canalizar el abastecimiento a esta parte del municipio por el depósito de Puig Cardona, en vez del de ses Eres, lo que ha retrasado el restablecimiento del suministro. El primer teniente de alcalde, Ángel Guerrero, atribuye la demora a un problema en el suministro, desde la Península, de dos reductoras de caudal necesarias para reactivar el servicio.

Para reducir el ruido del depósito de ses Coves Fosques, Abaqua, según explica su gerente, Antoni Garcias, ha forrado, con planchas de aluminio recubiertas a su vez con espuma, la puerta metálica doble (abierta además hacia una vivienda) y la ventana de la construcción en la que se encuentran las bombas de impulsión del depósito. Garcias explica que es lo mismo que se hace con las bombas de aguas fecales que se instalan en los núcleos de población.

El Consistorio apunta que desde hace una semana no se han producido más interrupciones del generador.

Pese a que la mayor parte del ruido lo generan las bombas, Abaqua también pretende colocar una estructura con paneles para reducir las emisiones del grupo electrógeno, que se encuentra en el exterior. Se ha planteado la posibilidad de trasladarlo al interior de la nave donde se encuentran las bombas, pero se ha descartado por un posible problema de condensación debido a la falta de ventilación.

Asimismo, el alcalde, Josep Marí Ribas, y Ángel Luis Guerrero se reunieron el viernes con los habitantes de las dos viviendas afectadas por el ruido para explicarles las medidas adoptadas para tratar de minimizar las molestias. «Lo han entendido», apunta Guerrero, quien destaca el compromiso de Abaqua por llevar a cabo «más actuaciones» en el caso de que el depósito siga causando problemas de ruido. Se plantea la posibilidad de plantar árboles grandes, como cipreses, para crear una pantalla vegetal con la vivienda que está justo al lado.