Detectar y denunciar los delitos y las infracciones contra la ordenación del territorio y contra el medio ambiente ocupa la mayor tiempo del tiempo del trabajo de los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Ibiza y Formentera, junto con la investigación de las causas de los incendios forestales, la preservación de la fauna protegida y de los recursos hídricos, el control de residuos y de vertidos y la vigilancia de la economía sumergida que pueda afectar a la naturaleza, como los talleres ilegales. Esto es lo habitual, pero la realidad es que los agentes del Seprona de las Pitiusas, una unidad que se define como la policía judicial específica en materia de medio ambiente, se encuentran de todo. (Ver galería de imágenes)

Por ejemplo, recuerda el jefe de la unidad, el cabo Javier Sanjuan (Dehesas, León, 1985), que los agentes tuvieron que investigar recientemente la denuncia presentada por una francesa residente en la isla que advirtió de que una avioneta había fumigado un campo y que el producto esparcido le había hecho sentirse enferma. Incluso aportó un parte médico. «Tuvimos que investigar el producto que emplearon y comprobamos que era un fungicida biológico, usado para la procesionaria, y que era legal», señala el jefe del Seprona. «También comprobamos que el piloto tenía toda la documentación en regla y que toda era legal; son cosas que dan mucho trabajo», añade. El Seprona es la unidad de la Guardia Civil que más legislación debe conocer, ya que la protección del medio ambiente, muy relacionada con el urbanismo, implica a gran cantidad de administraciones. Por esta razón buena parte de su labor es de oficina. «No nos falta el trabajo», señala Sanjuan. El Seprona de Ibiza y Formentera lo integran, además del jefe, los agentes Jesús López (Madrid, 1974) y Jorge Vicente González (Alicante, 1971). Una cuarta plaza está vacante, a la espera de ser ocupada.

Incendios forestales

El año pasado fue especialmente bueno en cuanto a incendios forestales, ya que no se produjo ninguno de carácter grave ni en Ibiza ni en Formentera, pero en 2017 López recuerda que tuvieron que llevar a cabo una investigación que acabó con la imputación de un hombre al que se acusa de provocar de forma intencionada nueve incendios forestales en Cala de Bou y Sant Antoni. «Ese mismo año también se denunció a otras dos personas por incendios en el bosque por imprudencia», apunta López. Además de los fuegos en el bosque, otra de las actividades ilegales graves que investigan los agentes del Seprona son las perforadas ilegales, que merman los acuíferos de la isla. Otra ilegalidad que prolifera en Ibiza son los talleres irregulares de reparación de vehículos. «En el último año hemos detectado diez», destacan los miembros del Seprona.

Sin permisos

Se trata de talleres (que en algunos casos incluso pertenecían a empresas del sector del alquiler de vehículos) que carecían de los obligados permisos de la conselleria balear de Industria, del Ayuntamiento de los municipios en los que estaban enclavados y que tampoco estaban dados de alta como gestores de residuos, algo necesario para garantizar que se realiza de forma correcta el tratamiento de desechos contaminantes, como los aceites.

López subraya también que, desde el Seprona, mantienen una colaboración constante con los inspectores del Consell de Ibiza en materia de ganadería, pesca y caza. «Hacemos servicios conjuntos para controlar la pesca ilegal y hacer inspecciones sobre seguridad alimentaria, tanto en Ibiza como en Formentera», resalta el agente.

En Formentera llevaron a cabo una operación contra la pesca ilegal de clavells, es decir, la raya de clavos, que tradicionalmente se ha consumido en la isla una vez secada al sol. También detectaron en Formentera pesca ilegal de corn marí la gran caracola protegida cuya carne es muy apreciada.

Los agentes del Seprona también han localizado en los últimos años varias partidas de carne en mal estado que se trajeron a la isla desde países como Rumanía de cara a las fiestas de Navidad.

El control de las acampadas, sobre todo en el Parque Natural de ses Salines y en otras áreas protegidas, como la zona de dominio público marítimo-terrestre, es otra de las actividades ilegales que controlan los agentes del Seprona.

Construcciones ilegales

En cuanto a construcciones ilegales, una de las actuaciones más llamativas de los agentes en los últimos años está relacionada con la construcción de una especie de búnker en una de las mansiones de la zona de Platges de Comte, en el municipio de Sant Josep. El pasado 14 de enero, la Fiscalía de Ibiza confirmó en el juicio su petición de dos años de cárcel para los dos acusados por este caso, a quienes se les atribuye la comisión de un delito contra el medio ambiente.

Según el ministerio público, hicieron (sin licencia posible, ya que la construcción está muy cerca del mar) un sótano de unos 400 metros cuadrados, y una «garita de seguridad» de unos diez metros cuadrados. Las obras fueron denunciadas por Seprona tras detectarlas en una inspección en helicóptero.

En la actualidad, el Seprona de Ibiza y Formentera participa en cuatro operaciones de nivel nacional. Una de ellas está relacionada con la venta y consumo de productos ecológicos. Los agentes se encargan de comprobar que los productos sean realmente ecológicos. El control de las perforadas forma también parte de una operación de ámbito nacional. El control de la importación de maderas de países tropicales, como la teca y el iroco, es otra de las campañas nacionales en las que trabajan los agentes del Seprona, así como el control de los venenos empleados en la agricultura que pueden afectar a la fauna en las áreas cinegéticas.

Los agentes vigilan todo lo que pueda causar daños en zonas protegidas. En 2015, el Seprona de Ibiza denunció a los responsables de la empresa Kini Adventure Tours, relacionada con la saga de pilotos de motocross Kinigadner, entre los que se encuentra el famoso excampeón Heinz Kinigadner, por la presunta comisión de delitos medioambientales y fiscales.

Decomisaron, junto con la Policía Local de Sant Josep, 15 motos de motocross de la marca KTM y con el logotipo de la empresa Kini Adventure Tours que estaban circulando por una zona protegida de Cala Llentrisca.