«Ha sido una buena temporada». Este es el unánime balance que hacen las tres patronales pitiusas (Petita i Mitjana Empresa d'Eivissa i Formentera, Federación Empresarial Hotelera y CAEB) sobre la marcha del verano que está a punto de finalizar. Economistas y portavoces de estas entidades señalaron que la bajada en la afluencia de visitantes que se ha producido en los meses de julio y agosto no puede ser considerada algo negativo, «dado que se venía de unos años excepcionales», concretamente 2016 y 2017. Todos ellos admiten además que lo más seguro es que esta tendencia a la «estabilización» continúe durante al menos uno o dos años más.

El vicepresidente de la CAEB para Ibiza y Formentera, el economista José Antonio Roselló, calificó de «muy irregular» la temporada. «En mayo y junio los resultados han sido más o menos como el año pasado, pero en julio y agosto la ocupación hotelera ha caído entre un 2% y un 4%. Pero ¿quiere decir esto que ha sido una mala temporada? No. Ha sido una buena temporada», afirmó. Para él, la economía pitiusa esta en fase de «reajuste» y de «transición hacia una situación más normal» que la que caracterizó el año 2016.

Además, «los destinos competidores de Ibiza han resucitado», dijo en alusión sobre todo a Turquía y Egipto. «Esto se venía venir; no es una sorpresa», añadió.

Roselló consideró que, «incluso, tampoco es malo que entremos en un periodo de estabilización». El economista auguró que 2018 no será el último año en que se produzca esta situación. En resumen, afirmó: «Ha sido una temporada rara, con un reajuste del mercado (que no ha terminado aún), pero no ha sido un mal año».

«Un baño de realidad»

«Un baño de realidad»

En casi idénticos términos se expresó la también economista y secretaria general de la Pimeef, Maria Àngels Marí. «La temporada no ha sido tan buena como se esperaba, pero no hay que olvidar que veníamos de unas temporadas excepcionales». Ello fue debido, añadió, a la llegada de «un turismo prestado» como consecuencia de los padecimientos políticos de los países competidores del Este del Mediterráneo (Grecia y Turquía, mencionó), que ahora están empezando a recuperarse.

«Nos hemos dado un baño de realidad», afirmó Marí, quien, sin embargo, también aludió a otro factor: los altos precios del alojamiento y el avión. Estos dos asuntos «son los primeros que mira una familia de clase media para viajar». E Ibiza ha enfocado su alojamiento hacia «un poder adquisitivo alto» que está fuera del alcance de muchas economías durante los meses de julio y agosto.

Por otra parte, la bajada en los dos meses centrales del verano evidencia que «la gente se cansa de la saturación del verano», por lo que este descenso «tampoco está tan mal».

En cualquier caso, «estar como estábamos el año pasado o un poquito por debajo no es una mala cifra», insistió Maria Àngels Marí.

También ella opinó que este descenso «continuará el año que viene» y alertó de que puede entrarse en «una situación muy delicada», como consecuencia, entre otras cosas, del Brexit y su desenlace, que aún se ignora cuál será.

«Vuelve la competencia»

«Vuelve la competencia»

El gerente de la Federación Empresarial Hotelera de Ibiza y Formentera (Fehif), Manuel Sendino, afirmó que si tuviera que elegir una frase para condensar el resultado de la temporada de 2018 diría que «ha sido una buena temporada». Sendino recordó que las dos anteriores «fueron anormalmente buenas» y que algunos hechos, como el atentado de Niza de 2016, «llenó de turistas España y Portugal».

Ahora, en cambio, con el restablecimiento paulatino de la situación en los países competidores, «vamos a tener una competencia más intensa», advirtió.

«Podemos prepararnos para unos añitos más normales de lo que lo han sido estos últimos», afirmó el gerente de la patronal hotelera de las Pitiusas. En todo caso, «es bueno y es lo normal que tengamos competencia», añadió Sendino. Además, recordó que «siempre la habíamos tenido».