Marcos M.B, el conductor acusado de un homicidio imprudente tras arrollar mortalmente a Daniel Viñals y herir al otro ciclista que iba con él, Christian T.M., el 29 de abril del año pasado en la carretera que une Sant Josep con Sant Antoni, declaró ayer en la vista oral que no recordaba «nada» del atropello, ya que tiene «lagunas mentales». En su último turno de palabra pidió «perdón de todo corazón» a los familiares del fallecido y del otro joven herido, también denunciante, por lo ocurrido.

La Fiscalía rebajó de siete a cinco años (tres por un delito de homicidio imprudente y dos por omisión del deber de socorro) la pena para el procesado, que permanece en prisión preventiva desde el 29 de mayo de 2017, pero las acusaciones particulares (en representación de la familia de Viñals y del otro herido) mantuvieron su petición de siete años de cárcel. La defensa, por su parte, reclamó una pena de un año y ocho meses, pidió que se aplicase una atenuante «muy cualificada» de reparación del daño y alegó que no se puede condenar al acusado por omisión al deber de socorro porque «no fue consciente» del accidente de tráfico. «Las acusaciones particulares y el fiscal han agravado injustificadamente las penas», criticó el letrado defensor.

Marcos M.B. fue trasladado del centro penitenciario de Ibiza a la sede judicial de la calle Isidor Macabich a las 7.30 horas, antes de que una treintena de personas se concentraran en el exterior de los juzgados con una pancarta en la que se podía leer ´Justicia para Daniel Viñals´. El juicio, señalado a las 10 horas, comenzó con casi media hora de retraso. El acusado, esposado, relató lo ocurrido en la madrugada del 29 de abril ante la jueza de lo Penal número 2, Martina Rodríguez. Marcos M.B. reconoció haber consumido «una raya de cocaína» y alcohol y que, de repente, su mente «se apagó». «No recuerdo nada [...] Tengo lagunas mentales», afirmó el acusado de los delitos de homicidio imprudente, lesiones imprudentes y omisión del deber de socorro.

De lo que sí se acordaba era de haber pasado con su todoterreno, un Range Rover, por «la rotonda del bar Boulevard», situado al final de la avenida de Doctor Fleming. También afirmó que recuperó la consciencia tras estampar su vehículo contra un muro en el camino de Benimussa y que entonces pensaba que se había ido a su casa andando, pero resulta que fue una vecina (una de las 16 testigos citadas a declarar ayer) la que le llevó en coche a su vivienda. Tampoco fue consciente de su traslado al destacamento de Tráfico de la Guardia Civil. «Cuando desperté estaba en shock», expresó el acusado.

Tras responder a las preguntas del fiscal y de los dos letrados de las acusaciones particulares, su defensa le preguntó si intentó presentar sus condolencias a los familiares de los afectados y si continuaba con los tratamientos de desintoxicación en la prisión de Ibiza de Proyecto Hombre y del Centro de Atención a la Drogodependencia (CAD), respondiendo que sí a ambas cuestiones y que también seguía un tratamiento psicológico.

Además, Marcos M. B. corroboró la afirmación de su abogado de que no había solicitado la libertad provisional durante su permanencia en prisión preventiva porque se siente «responsable de lo ocurrido y por respeto a las familias de Dani y Christian».

La jueza de lo Penal 2 dejó ayer visto el juicio para sentencia.