El promotor del quiosco de Cala Gració, un empresario mallorquín, ha presentado alegaciones contra el decreto que impide iniciar la actividad mientras no reciba el certificado de final de obra, documento que acredita que todos los trabajos se han realizado según el proyecto presentado.

El empresario rechaza esta exigencia y solicita poder abrir el chiringuito al público, puesto que considera que dispone de las autorizaciones necesarias.

El Ayuntamiento confirmó también que, de momento, el promotor no ha presentado el informe de final de obra, sobre el cual los técnicos municipales han de emitir su certificado.

El alcalde, Josep Tur, anunció la semana pasada que seguramente se encargará un dictamen externo a una consultoría especializada para saber los pasos que pueden darse en relación con este controvertido negocio. En cualquier caso, Tur apuntó que el promotor habría dejado de cumplir algunos preceptos que podrían poner en peligro el inicio de las actividades del chiringuito.

Al parecer, el titular de la empresa explotadora tiene negocios en Mallorca relacionados con el mundo de la noche y el ocio nocturno, lo que ha llevado a los vecinos de Sant Antoni a temer que implante en Cala Gració el modelo de beach club que rechazan para este enclave.