El fuego que consume el municipio de Sant Joan ha dejado incomunicada toda la zona de la Cala de Sant Vicent. El miércoles por la noche los vecinos perdieron la cobertura de sus teléfonos móviles y tampoco es posible contactar con el núcleo turístico a través de telefonía fija.

El responsable de comunicación de Telefónica en Balears, Carlos Prieto, informó ayer de que 187 líneas de telefonía fija habían quedado incomunicadas, de las cuales un 70 por ciento debían ser de voz, más o menos, y el resto de datos. No obstante, no todos los afectados eran usuarios que estaban utilizando el servicio, pues según Prieto había también establecimientos cerrados todavía con líneas estacionales.

El corte de suministro fue consecuencia de que había algunas estaciones base afectadas, así como cables de fibra quemados. Prieto destacó que en cuanto los servicios de emergencias les dejen acceder, lo que depende de la evolución del fuego, solucionarán la situación en el menor tiempo posible.

Asimismo, comentó que los 62 equipos de comunicación de los servicios de emergencia desplegados, tanto nacionales como de ámbito autonómico o insular, están funcionando correctamente.

Repetidores quemados

En este sentido, el conseller insular de Medio Ambiente en funciones, Albert Prats, indicó que el fuego había quemado «repetidores de telefonía móvil y el cable de telefonía fija», de manera que los vecinos de la zona quedaron aislados y se veían obligados a desplazarse por carretera hasta Sant Carles para cualquier comunicación.

La incomunicación se prolongó toda la jornada y anoche era aún imposible contactar con los establecimientos situados en este núcleo ni con los vecinos que seguían en la zona evacuada.

Por otra parte, un portavoz de Endesa confirmó que en la zona de Portinatx 99 clientes se quedaron sin luz a las 13.30 horas porque se tuvo que desconectar un tramo de línea por prevención debido a cómo avanzaba el incendio. A media tarde quedaba «un tramo pequeño» al que no se había podido dar servicio y se habían registrado algunas averías en líneas de baja tensión que afectaban a «pocos clientes».