Opinión | En corto

Cruces y cadenas

Me hago cruces. El verdugo sale de la cárcel a cambio de dinero. La libertad de su víctima fue cercenada en el baño de una discoteca. Ella es la que carga con la cruz y el famoso, abaratada su condena, se va camino de su lujosa casa. Las mujeres cargan con pesadas cruces, con cadenas de cautiverio y de sometimiento de las que cuesta desprenderse, de las que se avergüenzan como si hubieran sido ellas mismas las que echaran la llave a sus grilletes.

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