Opinión

Si puedes, no vengas a trabajar a Ibiza

Si tienes opción, no vengas a trabajar a Ibiza. Aquí te vas a encontrar con una caterva de aprovechados que querrán exprimirte hasta el último duro a cambio de una habitación misérrima y con más prohibiciones que un correccional, te ofrecerán alojamiento en almacenes o corrales, intentarán estafarte y, si no puedes pagar los disparatados alquileres, pasarás a engrosar los asentamientos chabolistas. Tampoco tendrás futuro. Los bosques de grúas que jalonan el paisaje están destinados a viviendas exclusivas para ricos, algunas con «piscinas infinitas», y tú que les limpias, metafórica o realmente, la mierda, no importas mientras puedan echar mano de otro más necesitado para sustituirte. En Ibiza, la usura es ley y Govern, Consell y ayuntamientos no se plantean ni remotamente intentar ponerle un tope. Sólo algunas multas a los pisos turísticos, que hacen competencia a los hoteleros, pero sin alborotar mucho el gallinero. Me parece una infamia que los trabajadores se vean obligados a vivir en furgonetas o coches y una hipocresía que, en vez de denunciar esto y exigir a nuestros políticos que pongan coto a la especulación, se hable ya desde patronal y sindicatos de proporcionarles espacios para ello por «humanidad». Claro que peor es dormir en el suelo, ¿pero dónde quedó aquello de que un sueldo que no da acceso a una vivienda digna no es un sueldo digno? Ibiza es cada vez más tercer mundo y desesperanza para sus jóvenes. Creo, sin embargo, que nuestros políticos acabarán autorizando los campamentos de caravanas, porque nada hacen contra la exclusión residencial y porque la economía ibicenca necesita a estos trabajadores. Maquillarán lo que es una vergüenza.

Suscríbete para seguir leyendo