El amigo del pescador

En la vida siempre hay dos escenarios: lo que fue y lo que pudo haber sido. Un hombre salió a pescar el martes a es Figueral y una ola lo tiró al mar. Este hombre no estaba solo. Un amigo que se encontraba con él se lanzó al agua para ayudarle, pero al ver que no lo conseguía, nadó hasta la orilla y llamó a los servicios de Emergencias que lo rescataron. La historia podría haber sido muy diferente sin ese amigo. El pescador podría también haber caído al mar y el frío lo habría vencido finalmente mientras veía pasar toda su vida por delante. También podría haberle echado valor al asunto y tratar de llegar a la orilla solo por sus medios y haberse salvado, o no. Este artículo de hoy es una oda a la amistad. No concibo una vida sin mis amigas. A veces me planteo volver a mi ciudad natal cerca de mi familia, tener una casa más grande por lo mismo que cuesta una en Ibiza y salir más a bares y restaurantes, pese a quizás tener un sueldo más bajo y un trabajo menos gratificante. Pero qué haría sin mis amigas, esas que me han sostenido en mis horas bajas. Aquellas con las que he compartido los momentos más felices y también los más tristes de mi vida. Con las que me río y con las que lloro, aquellas que también se hubieran lanzado al mar.

Suscríbete para seguir leyendo