Para empezar

Ya es Navidad en ses Païsses

Día de Navidad. Salgo a pasear a la perra a las siete y media de la mañana. Pese a las fechas en las que estamos ya se adivina que el día va a ser tan cálido como los anteriores, porque aunque la noche aún no se ha retirado del todo apenas pica el frío y solo la humedad y el vaho se pegan en el bigote. No hay nadie en la calle. Pienso en que hay una probabilidad de que el mundo se haya terminado y no me haya dado cuenta mientras en los cascos suena algo tan apropiado como ‘Should I stay or should I go’. Pienso que en el caso de que el mundo se haya terminado y, por ejemplo, una civilización alienígena descubriera estas calles de Can Bonet y ses Païsses dentro de unos años, creerían que, como en Pompeya, el desastre definitivo nos pilló por sorpresa; o eso o que somos unos cerdos, porque hay vasos, botellas, latas, cacas, papeles, cristales, cartones... por doquier y aquí y allá una silla sin patas, un carrito de bebé desvencijado, un par de neumáticos, los restos de una bici... En unos barrios que son puntos negros de suciedad en sí mismos hay puntos aún más negros. Deberes navideños para el Ayuntamiento de Sant Antoni: el aparcamiento frente a Es Terç y los alrededores de la parada de bus de Can Guillemó dirección Vila, junto a la infame entrada al barrio. Feliz Navidad.

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