La memoria de la traición

En qué momento la mentira se convierte en traición? El PP ha construido su campaña electoral sobre la mentira y la deslealtad más profunda. Alberto Núñez Feijóo miente con aplomo y serenidad, incluso con media sonrisa. Miente en cuestiones de gran calado económico y social, pero también en algo peor. No solo hay una voluntad de negar los logros del Gobierno de España, también de socavar su autoridad ética. Miente porque en medio mundo la mentira se ha aupado al poder. Cuanto más grosera y más increíble sea, más es creída. Si al menos tuviéramos memoria.

Después de diseñar una hambruna que mató a millones de personas en los años 30, Stalin afirmó: “La vida se ha vuelto mejor, camaradas, la vida se ha vuelto más feliz”. Ya no hace falta una sangrienta dictadura para instalar la mentira. La burbuja de desinformación ha modificado nuestra forma de relacionarnos con ella. El combate o la reticencia ante la falsedad retroceden mientras gana terreno el entusiasmo por ella. Tanto deseamos ser engañados que la mentira se ha convertido en una fuerza impulsora política, un motor para ganar elecciones. Desde Trump al Brexit, desde Hungría a Polonia. ¿También en España?

El PP de Feijóo miente de forma cínica, perversa y continuada. Desde afirmar que Sánchez ha gobernado con etarras hasta el límite de insinuar un pucherazo electoral. Cabe preguntarse la intencionalidad de tantos embustes. Gobernar, obvio. Pero ¿para qué?

El PP fue descabalgado del poder porque la corrupción le llegaba hasta el cuello, más arriba aún. Mientras se engolfaba en el latrocinio, ignoró las necesidades de la población. Su receta ante la Gran Recesión fue una austeridad que se ensañó con los más débiles, empobreció a la clase media y premió a los poderosos. Recortes y privatizaciones, esa fue la respuesta del PP a la crisis. ¿Tan pronto hemos olvidado los días del paro galopante, las persianas bajadas, los suicidios por desahucios, el abaratamiento del despido, los servicios públicos colapsados y los bancos premiados? ¿Ya no recordamos la traición?

Para alcanzar el poder, el PP está pactando gobiernos con Vox (esto sí son pactos, con vicepresidencias y consejerías), también en Extremadura, donde ganó el PSOE. Pacta con quien niega la violencia de género o quiere derogar la ley del aborto, una clara traición a las mujeres. También a las votantes del PP. Si Feijóo llega al poder, ¿qué será capaz de hacer para mantenerlo? ¿Cuántas traiciones más sumará? Y, sobre todo, ¿qué hará con ese poder? El PP sí tiene memoria de lo mucho que hay por ganar.

Suscríbete para seguir leyendo