Para empezar

Un vuelo, dos euros

Elena González

Elena González

Para no exagerar, 2,50, descuento de residente incluido. Es lo que he pagado por un vuelo en Ryanair esta semana. Un precio aberrante, aunque hoy sea yo la beneficiada, y la explicación de «hazañas» como las del tiktoker británico que presumía hace días del «reto» de haber venido a Ibiza solo para tomarse una cerveza por menos de lo que le cuesta un pack en su país... y al planeta que lo jodan. Esto no es la «democratización del turismo» que dicen, sino una estafa medioambiental regada con dinero público (la low cost irlandesa recibió 123 millones en subvenciones del Gobierno entre 2018 y 2022) y tan poco sostenible como los jets privados o menos porque embarca a millones de pasajeros en un deambular aborregado y constante por medio continente. Te vienes de fiesta a la isla por poco más de lo que te vale ir al cine en tu ciudad y, según como te lo montes, ni siquiera necesitarás pernoctar. Ya dormirás en casa. O te quedas un par de días. Hotel o, mejor aún, piso turístico que es más «auténtico» y privado. Ibiza, Barcelona, Lisboa, Ámsterdam... Puentes, findes... Viajas porque está barato. Engulles destinos como comida rápida, los transformas... Sé que debería ‘alegrarme’ por el chollo que he pillado ahora que las low cost arrancan nueva temporada, pero me cuesta porque como ese los hay a miles y a esta frágil isla le espera otro verano de multitudes, desmesura y caos. Sequía, calor y más daño ecológico.

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