Tribuna

Una atención prioritaria al desarrollo rural, decisiva en la mitigación del cambio climático

Mireya Aniorte

Mireya Aniorte

Nuestro mundo rural está siendo muy afectado por el cambio climático y esto nos afecta a todos, a las personas que vivimos en los pueblos pero también en las ciudades. En España el 16,5% de la población que vive en el medio rural cuida del 85% restante, nos abastece de agua y de alimentos, neutraliza las emisiones de CO2, conserva la biodiversidad y contribuye a la regulación climática.

Proteger este entorno rural y así la población significa salvar muchas vidas, reducir las enfermedades y garantizar pueblos y ciudades más seguros y saludables. En palabras de Kofi A. Annan, exsecretario general de las Naciones Unidas, “todos los niños tienen derecho a crecer en un ambiente saludable”.

Sant Joan posee un paisaje privilegiado con montes cubiertos de pinos, sabinas, y encinas, y con campos de cultivo fértiles. Sin embargo, este sector primario se vio arrasado por el turismo, y se produjo el abandono del campo y de los cultivos. El trabajo de la consellera Mae de la Concha y de su conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación durante esta legislatura ha sido crucial para empezar a cambiar la realidad rural de las islas y también de Sant Joan de Labritja.

Han conseguido aumentar tanto la incorporación de jóvenes como de mujeres a la actividad agrícola y ganadera en nuestra isla, sobre todo en ecológico. También se han conseguido ayudas especiales para este tipo de agricultura y ganadería, así como para la modernización de los regadíos para aprovechar las aguas regeneradas y mejorar así la gestión del ciclo del agua y la sostenibilidad de los recursos hídricos. Y su gran logro ha sido negociar una nueva Política Agraria Común -PAC- en Madrid y Europa, consiguiendo que las ayudas para las Islas Baleares sean mucho mayores que antes, con el fin de paliar los sobrecostes que suponen a nuestra payesía la doble y triple insularidad.

En el campo, la adaptación a una economía circular puede ser relativamente sencilla, donde recursos y productos se mantengan en el ciclo económico para reducir al mínimo la generación de residuos. Para que sea sostenible, debe gozar de una mayor soberanía alimentaria y poder producir de manera autónoma alimentos sanos, nutritivos y agroecológicos, respetando los recursos naturales. Además, debe aprovechar los recursos forestales y agroganaderos para generar compost y energía a través de la biomasa. Es posible que la transformación del modelo productivo rural sea el impulso que necesitan el resto de sectores para adoptar la circularidad.

El medio rural debe tener un papel protagonista como fuente de energía renovable y Sant Joan tiene las características idóneas para la instalación de pequeños y medianos parques solares, siendo respetuosos con el paisaje y que sean compatibles con otras actividades agrarias o ganaderas como la apicultura, la ganadería o la horticultura.

De esta forma, Sant Joan podría ser energéticamente autosuficiente y convertirse en el granero y el huerto de Ibiza, creando una economía, unas empresas y unos puestos de trabajo más seguros y estables, con menor dependencia de un sector de altísimo riesgo y con un impacto social muy negativo como es el turismo de masas.

Mireya Aniorte | Candidata de Podemos Eivissa a la alcaldía del Ayuntamiento de Sant Joan

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