Desde la Mola

Y no hablamos de Fitur

Valentín Villagrasa

Valentín Villagrasa

Lo de Fitur es el acontecimiento del año para nuestros ‘expertos’ en turismo. Todos los proyectos de marketing, los serios, están enfocados a este escaparate del turismo español. Si en España esta industria supone un 12,8% del PIB, aquí, en Formentera, es el 95% (aunque algunos, quizás con mala leche lo sitúan en el 98). Ha habido suficientes crónicas y opiniones autorizadas para que los lectores estén bien informados del evento… Hoy quisiera referirme, por chocante, al episodio de este ‘yotuber’ mallorquín, Naim Darrechi, que en un plis plas (sin pegar un palo al agua) se lleva ‘doce mil del ala’ por informar a sus 28 millones de seguidores (han leído bien) de su paso por un aeropuerto huyendo de la orden de busca y captura para ser juzgado por agredir, presuntamente (hay que ser estrictos en los temas judiciales), a un policía en un botellón. A estas alturas del partido, el ‘brillante’ mitin del maromo lleva ya más de un millón de visitas (emulando a la canción de Shakira donde pone a caldo a Piqué).

Me llamarán ‘carca’, con toda la razón del mundo, por no entender que un chico (desconozco de si es de buena familia y educación en colegio de pago) a esta edad por el mero hecho de publicar ‘ocurrencias’ en un medio como el Tik Tok pueda atraer a una juventud tan distinta a la otra juventud, la que representan chicos como Alcaraz, Gavi, Pedri, los que estudian, los que trabajan y un largo etcétera de personas que cada día son un verdadero ejemplo para muchos adolescentes, que sí los tienen como ídolos. Recuerdo en la ‘taberna’ (en el buen sentido de la palabra) un grupo de chicas, entradas en la veintena, que trabajan, que discuten con argumentos sólidos, que conocen de cerca las redes sociales, que hablan de las ‘influencers’ de moda y que a lo mejor en sus sueños de adolescentes, interpretaron el papel de modelos de pasarela (como yo el de bombero, a lo Steve McQueen en ‘El coloso en llamas’). Pero no me las imagino idolatrando a un ‘ejemplo de vida’ como este Darrechí de corte presuntuoso, al que le importan un bledo las consecuencias de sus actos. Algunos lo llaman rebeldía, permítanme calificarlo como la estupidez de un inmaduro. Como ejemplo, hay en el Chaltén, allá por la Patagonia argentina, un bar convertido en catedral de la iglesia maradoniana… Hay quien solo tiene presente lo de la ‘mano de dios’ y se olvida de todo lo que había detrás del ídolo caído.

Suscríbete para seguir leyendo