Opinión | En corto

Feijóo y los hombres-lupa

Aprendí el concepto hombres-lupa de un viejo amigo, Luis Solana, quien siendo diputado llamaba así, hace más de 40 años, a los próximos a los dirigentes, dispuestos siempre a amplificar y difundir sus afectos y desafectos. Hoy se diría mujeres y hombres-lupa, pero eso da igual. Tras sus escasos réditos en Euskadi, Feijóo parece caer en la cuenta de que un partido estatal no puede ser tan francamente minoritario en Catalunya y Euskadi, y estar dispuesto a una inflexión a la baja en su discurso antinacionalista. No le será fácil, pues el antinacionalismo es punta de lanza de la simplona retórica antisanchista, cuya relajación le obligaría a exponer un programa. Pero sobre todo porque esos cambios de discurso, además de precisar tiempo y pruebas, no desactivarán tan fácilmente a los hombres-lupa de su propio entorno, a los que costará mucho mudar una piel que sentían tan suya.

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