Opinión

Correos y el octavo mandamiento

Seguro que la historia les suena. Están esperando un paquete de Correos y, ante la imperiosa necesidad de tenerlo en una fecha concreta, deciden, desde el momento en el que ven que está «en entrega» o «en reparto», no moverse.

Da igual esa cita importante con el oculista o que no nos quede comida para el perro. Cualquier cosa menos que llegue el cartero o cartera con el ansiado paquete y no estemos en casa. La espera se debate entre aguzar los oídos para detectar el más mínimo ruido en las inmediaciones del portal y actualizaciones compulsivas del estado del envío en la web de Correos. «En reparto». «En reparto». «En reparto»... «Intento de entrega. Destinatario ausente». ¿¡Qué!? Compruebas que el telefonillo funciona.

Sabes que estás en casa y que el cartero no ha pasado. Pero no tienes forma de demostrar que estabas, que no estabas en el baño ni despistada al teléfono y que tu interfono funciona de maravilla. Pero, claro, cuando en la dirección de destino hay servicio de recepción 24 horas, se cogen siempre los paquetes a la hora que sea y hay cámaras, la mentira de Correos queda al descubierto. No cuela el «intento de entrega» ni el «ausente». Entiendo la saturación, que no lleguen a todo, que en estas fechas no den abasto... Pero no que mientan. Es inadmisible.

Suscríbete para seguir leyendo