Al leer la entrevista a la señora Susi Fresneda, publicada este pasado domingo, siento verdaderamente pena, siento pena porque son tantas las mentiras que cuenta, que lo único que demuestra es que ella es solo otro peón más en la empresa en que se ha convertido esta asociación: quien es su presidenta debería saber más de su historia y saber cómo empezó Apneef.

Es por este motivo que me gustaría aclarar:

1º) Apneef nació unos años antes de que lo hiciera la plataforma, de hecho, fue una de las asociaciones fundadoras de esta. Para saberlo solo hay que ver la fecha de creación de una y otra. Sí es cierto que en los inicios hubo algún parón y es que no fueron fáciles, no había ni las posibilidades que hay ahora, ni las ayudas públicas o privadas que se tienen ahora. Esto no fue motivo para no tirar adelante.

2º) En Apneef antes de 2009 (posteriormente no estaba para constatarlo), no se daba una sesión cada 3 semanas, todo lo contrario, se daban hasta 2 o 3 sesiones por semana aparte las que se daban en la plataforma, además y lo más importante, totalmente gratis, jamás se pidió copago como hicieron después de mi marcha, ni por las terapias, como eran fisio, logopeda psicomotricidad, manualidades apoyos psicológicos a las familias, etc..., fuimos pioneros en la isla con servicios de equinoterapia, hipoterapia, apoyo escolar, habilidades sociales y atención al cuidador y repito, totalmente gratis.

Además, se hacían salidas al cine, bolera, entre otros. Tiempo para ocio, días de respiro, algún que otro viaje que hicimos con las familias, todo ello también totalmente gratis. Estamos hablando de que entonces éramos más de 100 familias sin contar las de atención temprana, servicio que empezábamos a ofrecer en esos momentos. Todo ello lo puede constatar Fresneda en las memorias de esos años.

3º) En Apneef, todos los recursos eran para pagar a los profesionales que trabajaban en varios colegios de la isla facilitando a las familias el desplazamiento. No gastábamos ni un euro en local, de hecho, hasta que no se inauguró la sede de la plataforma sociosanitaria, no teníamos sede física porque la prioridad era dar el máximo de servicios, siempre totalmente gratis.

4º) La persona que ocupó la presidencia de Apneef, después de que yo presentara mi dimisión a mediados de 2008, ni siquiera era socia ni usuaria de la entidad. Ocurrió que algún miembro de la junta directiva nos convenció de que había que contratarla porque la asociación estaba creciendo (entonces ya empezábamos a dar atención temprana y se estaba gestionando el reconocimiento de entidad de servicio público que por cierto creo que la primera vez lo denegaron). Solo hay que mirar las fechas para constatar esta información y sí, en ese momento se consideró más importante que una persona profesional estuviera al frente de la entidad.

5º) El nombre de Apneef, asociación de personas con necesidades especiales de Eivissa y Formentera, fue porque en los objetivos de los estatutos decían que se velarían por las necesidades de los usuarios durante todas las etapas de su vida, todas, desde cero hasta sus últimos días.

Pero lo primero que hizo la nueva junta directiva fue invitarnos a las familias fundadoras de la asociación a marcharnos, porque se querían dedicar solo a niños y niñas de corta edad. Entonces sus hijos lo eran, ahora ya han crecido, y siguen ahí, ¿no?

Hicieron borrón y cuenta nueva de todo lo que tenía que ver con la etapa anterior, nos hicieron desaparecer a algunos hasta las imágenes en la página web, cambiaron el logo, despidieron a algunos de los profesionales anteriores, a la mayoría de voluntarios, muchos de ellos profesionales, para a cambio, colocar a familiares y amigos como monitores (cobrando), alguno de ellos sin experiencia: Apneef se convirtió en una agencia de colocación de amigos y familiares.

Y esto es muy importante porque sé que siempre se ha dicho que yo, como presidenta estaba contratada. Simplemente recordarle, que cuando la asociación empezó a crecer yo dejé de ejercer mi profesión como cocinera ganando un sueldo bastante elevado para, y a petición de los socios, dedicarme a la asociación. A cambio, pedí que se me contratara para poder seguir cotizando. Mi contrato fue a media jornada, cobrando alrededor de 372 euros y unos meses antes de mi dimisión, la junta directiva acordó contratarme a jornada completa ganado unos 724 euros (puedo aportar nóminas). Eso sí, dedicando todo mi tiempo y esfuerzo a Apneef, cuando nada tenía que ver con los contratos, sueldos y horarios que tenía mi sucesora.

Pero por mucho que quieran borrar el gran esfuerzo que hicimos las primeras familias fundadoras de Apneef, solo las familias que allí estaban, la sociedad ibicenca en general y en particular los profesionales implicados, saben el esfuerzo que costó arrancar Apneef y la felicidad que supuso a muchas personas, muchas personas que sin Apneef no tendrían unos momentos inolvidables.

Los inicios muy duros, la recompensa inimaginable.