Diez años atrás Formentera estaba superando el cambio paulatino de 'tipo de turismo' que venía de épocas anteriores. Hay quien te comenta abiertamente que aquel turista alemán, francés, o de otra zona europea afín, que antaño había sido fundamental para el desarrollo del monocultivo turístico en la isla, desaparecía durante los meses de 'invasión italiana' y volvía a finales de septiembre, principios de octubre, supongo que coincidiendo con la ' oktoberfest' de la Mola. Nos quejábamos (siempre por lo bajini) de que julio y agosto somos 'la pequeña Italia'. Y en estas que Damm lanza al espacio televisivo un anuncio de lo que será su apuesta en el tiempo... 'Mediterráneamente'... y es Formentera, sus playas, pero también su idiosincrasia, la encargada de darle la patente del mar que necesita su Estrella. Un ritmo, una cita, un coche (Mehari), una carretera, dos faros, una forma de entender la belleza natural, el mercadillo de la Mola y nos ganamos un lugar en el olimpo del 'yo quiero estar ahí'. Nadie, ni el más agorero de los que vivimos aquí, puede negar la influencia de ese anuncio en el incremento de nuevos visitantes (españoles en su mayoría) que querían saber qué es y cómo se está en Formentera. Los meharis se convirtieron en objeto de distinción (si no alquilabas uno era como si no hubieras ido a Formentera). No solo los 'pijos' se apresuraban a ir en mehari... nosotros los pobres fardábamos de ello. Y de todo esto ahora se cumplen diez años y lo hemos celebrado con un nuevo anuncio... con fondo del Blue Bar, recordando que todavía estamos en ese Olimpo del turismo. Que no hemos perdido algunas de las esencias que hicieron de esta isla un 'llévame allí'. Por contra aquellos turistas de antaño que volvían para la Oktoberfest ahora vienen más tarde y los de ese junio idílico, donde incluso se podía ver la puesta de sol con cierta sensación de privacidad, ahora llegan en mayo buscando lo que encontraban en junio y ahora no.

Bienvenidos todos, pero no me gustaría que dentro de diez años repitiéramos la jugada buscando el mes de abril como espacio para la tranquilidad que ya no podemos vender en junio. Necesitamos devolverle a la isla una cierta imagen de 'privacidad' que hemos ido perdiendo por el efecto 'anuncio'. Ojalá supiera cómo se hace... a lo mejor si nos lo proponemos conseguimos la cuadratura del círculo.