Estimado señor Xescu Prats, en respuesta a su artículo publicado por el Diario de Ibiza sólo queremos pedirle humildemente perdón por existir. Según usted, la Asociación Ocio de Ibiza es lo peor que le ha podido pasar a la isla desde el origen de los tiempos. Somos lucifer, tenemos cuernos, rabo y echamos fuego por la boca. En fin, chamuscamos todo lo que tocamos en esta paradisiaca isla que, según parece, vive del aire, del sol y de la vida contemplativa de sus ciudadanos.

Usted es de los que creen que cuanto peor mejor. Nada hacemos bien. Si nuestros empresarios se esfuerzan a diario por crear puestos de trabajo y contribuir al desarrollo del tejido económico de esta isla, para usted esto es pecata minuta, carece de importancia y acusa a nuestros asociados de pisotear los derechos de los ciudadanos. Si nuestros empresarios colaboran con los ayuntamientos e intentan trabajar codo con codo con los políticos, somos unos hipócritas y, según usted, nos reímos de ellos. Si intentamos que en los locales a pie de playa el cliente disfrute de un servicio más profesional y una cocina de calidad, en su opinión, somos unos atracadores a mano armada y nuestros cocineros unos aprendices de tres al cuarto. Para más inri, si nuestros asociados hacen mecenazgo, aportaciones a clubes deportivos y entidades solidarias, para usted, lo que hacemos en realidad es representar una comedia. Hagamos lo que hagamos, siempre estará mal. Mete a todos en los empresarios de la Asociación en la misma bolsa y reparte calificativos a diestro y siniestro.

Qué bien se debe sentir uno por las mañanas cuando se levanta y se cree poseedor de la verdad absoluta. Usted entrega carnés de buenos y malos ciudadanos como quien reparte caramelos. Lo malo es que su visión extremista probablemente sólo conduce a la ruina de esta isla, y la terca historia se ha empeñado siempre en demostrarnos que los extremismos no conducen a nada bueno. Una vez más, le pedimos disculpas por trabajar en Ibiza. Pedimos su perdón por contribuir a la economía de sus ciudadanos, por cultivar y estrechar la colaboración con la Administración y por creer que esta isla se merece un turismo de calidad, sostenible y controlado.