Cada año, las iglesias de Santa Eulària y Vila se convierten en santo y seña del deporte pitiuso. Los lazos de hermandad entre la Pujada al Puig de Missa y la Pujada a la Catedral van más allá de lo meramente simbólico. Curiosamente, las dos pruebas poseen un circuito de 2.200 metros y una salida situada en el paseo marítimo, para a continuación, emprender un duro ascenso hasta coronar la parte más alta del pueblo. Hace 25 años que, por estas fechas, Santa Eulària celebró su primera Pujada al Puig de Missa. Es una prueba donde la velocidad y la fuerza forman un binomio explosivo. En su corto trazado no hay margen para especular, desde el primer minuto se corre al límite, sin olvidar que un ritmo desmedido liquida toda aspiración personal.

La impetuosa salida provocó este año una estampida que obligó a extremar la precaución para evitar tropiezos y caídas. Sin embargo, el pelotón formado por 252 corredores se estiró a gran velocidad por el paseo marítimo para completar el primer segmento, no sin antes sortear bancos, árboles y jardineras.

A falta de 800 metros para coronar la fortaleza santaeulaliense, las primeras rampas lastraron los cuádriceps y dispararon las pulsaciones de los deportistas. A partir de entonces se vio una lucha encarnizada por alcanzar el punto más elevado de la Villa del Río que, en sus bodas de plata, estrenó llegada junto a los finishers de la Pujada Extrem.

Buceando en la clasificación general encontramos notables mejorías en ambas pruebas; avances que van precedidos por la constancia y el espíritu de superación que vive en la fauna runner. En la categoría femenina, Aroa Navarro (Base Sport) es una corredora emergente que se está afianzando en el top ten popular. Recientemente fue la segunda fémina en la Lidl to Lidl y ayer concluyó tercera en la Pujada Extreme con 59 minutos y 17 segundos. Por su parte, la veterana Marta Huguet (Malalts de running) fue otra de las destacadas en la versión Extreme. Su experiencia y su condición todoterreno la impulsaron al podio como tercera F-35 con un tiempo de 1h.04:02.

En cuanto a la Pujada tradicional, Carolina Gámez (CA Santa Eulària) continúa en la senda del trabajo y la progresión para volver a su mejor nivel. No obstante, la calidad que atesora le valió para ser segunda de su categoría con una marca de 11:44.

El maravilloso día y la alta participación favorecieron el espectáculo y los grandes resultados. En categoría masculina, loable actuación de trail para el veterano Alex Spinozzi (Sa Raval) que se quedó a solo siete segundos del podio general. Sin embargo, su cuarta posición le otorgó la primera entre los atletas comprendidos entre los 45 y los 55 años con una marca de 47:02. El incansable Carlos Merino (Vidasport) también se empleó a fondo para establecer una marca envidiable de 50:02, que a la postre le relegó a la decimosexta posición de la general. Y en la versión más corta de la pujada, destacar también al veterano Eric Gautheron (CA Pitiús). Su rapidez y su fuerza sobre los 2.200 metros le premiaron con la séptima posición de la general y la segunda plaza de los M45 (9:34).