Diario de Ibiza

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Exposición

Interrogantes artísticos sobre la naturaleza, el ‘clubbing ’y el sector inmobiliario de Ibiza

Nina Beier y Simon Dybbroe Møller presentan en La Carpintería la instalación ‘Protein’, que combina insectos de plástico, retratos de agentes inmobiliarios y pósteres que recuerdan a los de las discotecas

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Galería de imágenes de la exposición protein en Ses Dotze Naus Toni Escobar

Lo primero que llama la atención al entrar en La Carpitería es la cantidad de insectos que pululan por el suelo, cucarachas, arañas, hormigas y escarabajos que parecen salidos de una escena de la saga de Indiana Jones. Unos están en movimiento y emiten un zumbido mecánico, el resto permanece quieto. Son todos de color negro y tienen unas dimensiones más grandes de lo normal, pero no hay nada que temer, son de plástico y forman parte de la instalación ‘Protein’, obra de los artistas daneses Nina Beier y Simon Dybbroe Møller. La muestra, comisariada por Elise Lammer, se inauguró ayer por la tarde en el espacio de producción, exhibición y encuentro de la Fundación Ses Dotze Naus, en el polígono de Can Bufí, en Ibiza.

‘Protein’ es el resultado de la residencia artística que han llevado a cabo Beier y Dybbroe en Ibiza, que comenzó con una primera toma de contacto con la isla en abril y luego con una segunda visita de varias semanas que se ha prolongando hasta julio. En ese tiempo han estado trabajando en el concepto de este proyecto creado específicamente para La Carpintería.

Los autores de ‘Protein’, Simon Dybbroe y Nina Beier. TONI ESCOBAR

Durante el proceso de investigación y a través de la mera observación, sus autores, que hasta este año no conocían Ibiza, se han percatado de la fuerza y el poder que tienen en la isla «la cultura de club, la naturaleza y el sector inmobiliario». La exposición plantea «una profunda reflexión sobre la identidad de Ibiza» a través de estos tres elementos. Como explican sus creadores, la naturaleza está representada en la instalación por los enjambres de insectos que hay en el suelo, que portan en el lomo minipaneles solares, que son los que propician su desplazamiento cuando reciben la luz directa que entra desde las cristaleras o las claraboyas de La Carpintería. Estas 500 criaturas de plástico, que «están hechas en distintas fábricas de China», contienen múltiples significados. Por un lado, pueden percibirse como una plaga que provoca repulsión y miedo o considerarse como fuente de alimento, de ahí el título, ‘Protein’. Su contemplación en un espacio tan diáfano como el de la Fundación Ses Dotze Naus, explican estos artistas neoconceptuales, invita a imaginar cómo sería el escenario del apocalipsis, «con los insectos como únicos supervivienes» recuperando el espacio del que los seres humanos los han expulsado.

La segunda pieza que compone este proyecto y que ‘dialoga’ con las réplicas de insectos la forman casi una decena de retratos fotográficos enmarcados de agentes inmobiliarios, que con sus miradas directas y sus amplias sonrisas pretenden generar la sensación de confianza necesaria para favorecer la compra-venta o el alquiler de viviendas.

Los retratos de agentes inmobiliarios 'dialogan' con los insectos de plástico. | TONI ESCOBAR

Señala la curadora, Elise Lammer, que «la imposible conversación entre estos profesionales inmobiliarios y los insectos robóticos da lugar a una atmósfera inquietante que se ve potenciada por la ausencia de iluminación artificial en el espacio expositivo». En efecto, a petición de los artistas, se ha quitado la luz artificial de los espacios que ocupa la instalación, lo que significa que en cuanto anochezca los insectos solares permanecerán quietos y cuando amanezca, a medida que entre la luz natural en La Carpintería, volverán a la vida «creando cada día, y según las horas, nuevas configuraciones y experiencias», según apunta la fundadora y directora artística de Ses Dotze Naus, Ángeles Ferragut.

El logo de la fiesta ‘ANTS’

A estos elementos hay que añadir un tercero, que se exhibe en la entrada del espacio expositivo del polígono de Can Bufí y que consiste en dos peanas de baja altura sobre las que se amontonan pósteres impresos a dos caras en láminas A1.

Beier y Dybbroe colaboraron con Kris Latocha para crear estos carteles, que toman prestado el logo de la fiesta ‘Ants’ de Ushuaïa, «la hormiga gigante que aparece en unas vallas publicitarias de la carretera del aeropuerto», que fue lo primero que llamó la atención de los artistas daneses cuando aterrizaron en Ibiza en su segunda visita a las Pitiusas. De esta forma, explica Lammer, «trazan una analogía entre la inteligencia sensual y colectiva de las hormigas, por un lado, y los clubbers, a los que se invita a ‘unirse a la colonia’». En uno de los dos modelos de pósteres que se exhiben aparece este logo, reinterpretado, y en el otro un texto en el que los autores hablan de ‘Protein’.

Cada uno de los elementos que conforman esta muestra puede tener múltiples significados y al ponerlos en correlación en un misma espacio, «ese diálogo» es susceptible de numerosas interpretaciones. «Escultura, fotografía y cartel; insectos, casas y baile; juguetes, crisis de la vivienda y entretenimiento; actividad fabril, retratos y horror; productos de consumo, imágenes y anuncios; combustibles fósiles, arte y ocio; o calentamiento global, representación e inteligencia del enjambre» son sólo algunas de las lecturas que los propios artistas hacen de los tres componentes de ‘Protein’. En cualquier caso, lo dice Simon Dybbroe, su intención al poner todos estos elementos unidos en la instalación no es lanzar un mensaje concreto, lo que les interesa es «generar en el espectador muchas interrogantes».

Los artistas

«La instalación tiene muchas capas», comenta Ferragut, tras explicar que ‘Protein’ es el segundo proyecto que la Fundación Ses Dotze Naus realiza con la comisaria suiza Elise Lammer. «Apostamos por Beier y Dybbroe porque nos apetecía hacer una propuesta más arriesgada y nos parecía interesante, además, establecer este diálogo con el norte de Europa, porque estos dos artistas tienen renombre en Dinamarca, pero su trabajo no es tan conocido en el sur del continente», apunta.

Beier y Dybbroe son pareja, aunque tienen carreras independientes y sólo hacen proyectos conjuntos, como el de ‘Protein’, ocasionalmente. Nina Beier «trabaja con objetos encontrados cuyo valor se ha ido conformando colectivamente a través de diferentes periodos de tiempo, generaciones o realidades globales». Simon Dybbroe Møller «piensa con y a través de las cosas y en su práctica busca objetos que están como borrosos o, más bien, suspendidos en una especie de limbo entre diferentes condiciones».

‘Protein’ se puede visitar en La Carpintería hasta el 21 de octubre de martes a viernes de 10 a 13 horas y por las tardes con cita previa.

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