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El escultor mallorquín Joan Cortés, en Ibiza: «Busco más la forma que el concepto»

Al escultor de Pollença, que ayer inauguró exposición en el Estudi Tur Costa, le gusta emplear «materiales humildes» para crear esculturas sobrias que visualmente desprenden ligereza y fragilidad

El escultor mallorquín Joan Cortés, ayer por la mañana en el Estudi Tur Costa, horas antes de la inauguración de su muestra. | MARÍA MOLINA

Cuando el escultor Joan Cortés (Pollença, Mallorca, 1964) visitó hace unos meses el Estudi Tur Costa para concebir la exposición que se inaugura esta tarde (por la tarde de ayer) no tuvo ninguna duda de que aquel lugar casaría a la perfección con su obra. «Es un espacio que me da buena energía por su luz y su arquitectura», comenta en las horas previas a la celebración del evento.

Fue Helena López Pezzi, una de las responsables de la galería de Jesús junto a Marcos Tur Witt, la que le propuso hacer esta muestra, tras estar en su estudio de Pollença y ver su trabajo en la galería taller 6A. Precisamente de la exposición que hizo en este espacio de Palma, titulada ‘Flobis enlaire’, son algunas de las esculturas que ahora lucen en el Estudi Tur Costa y en lo que fue el taller del reconocido pintor ibicenco. También hay piezas creadas exprofeso para la galería de Jesús. Todas son recientes, realizadas «entre 2022 y 2023».

Sostenidas sobre peanas de madera; en la pared; o suspendidas en el aire, colgadas del techo por cables; esas formas orgánicas de líneas sobrias y sinuosas «alcanzan la esencia de esa belleza que no tiene tiempo, ni espacio, ni lugar», como dice el crítico de arte y comisario ibicenco Fernando Gómez de la Cuesta en el texto que ha escrito para la exposición.

Hay un gran pieza que pende del techo del antiguo taller de Rafel Tur Costa que llama la atención no sólo por sus formas sino también por su tono dorado, un color al que Cortés lleva recurriendo «unos quince años», que asocia a la «espiritualidad» y al arte religioso. Sin embargo, el blanco domina en esta exposición y en toda su obra. Le atrae de él «la luz, la suavidad y la tranquilidad» que desprende. Y es verdad que contemplar sus esculturas puede proporcionar a muchos bienestar y paz interior, además de unas ganas irreprimibles de posar las manos sobre esos volúmenes abstractos tan pulidos que, a pesar de su «estética simple y contundente», provocan sensación de ligereza y fragilidad. «Yo ya estoy contento si mis obras comunican o suscitan alguna emoción en espectador», afirma él al hacer estas apreciaciones.

Dos de las esculturas que forman parte de la muestra de Joan Cortés en el Estudi Tur Costa. María Molina

A la pregunta de cuáles son sus fuentes de inspiración, primero replica «la vida» y luego explica que es un escultor que se deja llevar, sobre todo, «por las sensaciones». «Busco más la forma que el concepto», apunta para después añadir que le gusta dejarse llevar y «construir de la nada sin saber cómo terminará sus trabajos» para que le impresionen a él mismo.

Yeso y barro cocido

Cortés apuesta también por la utilización de «materiales comunes», o «humildes», como él mismo los califica, «para «dotarlos de fuerza y cambiar su destino» convirtiéndolos en obras de arte. En esta exposición hay mucho yeso, el que da consistencia a estructuras de poliestireno o el que reviste, pulido, hilos de alambre cubiertos con telas que dan forma a las esculturas con más aristas. Las piezas con formas redondeadas, explica, «son de yeso macizo». En el patio, entre el Estudi Tur Costa y el taller, cuelga del techo una obra en forma de racimo de «acero inoxidable y madera lacada».

Para esta exposición el artista mallorquín experimenta, además, con «un nuevo lenguaje», el que le proporciona «el barro cocido», una material que no había empleado hasta ahora y que le gusta porque «es natural y procede de la tierra».

La muestra del Estudi Tur Costa, reúne, además de escultura, obra gráfica de Cortés de 2008 y 2022 «creada en colaboración con la Fundació Pilar y Joan Miró en Mallorca». Hay dibujos originales realizados «con vino tinto», trabajos con relieves en los que ha empleado la técnica del gofrado y grabados en blanco y en dorado.

Las obras de Joan Cortés se podrán contemplar en la galería de la calle Canari número 65 de Jesús hasta el 7 de septiembre. El espacio estará abierto los jueves de 17.30 a 20.15 horas, pero se podrá concertar una cita llamando por teléfono al 689 59 16 41 para acudir en otro horario o en días diferentes.

La del Estudi Tur Costa es la tercera exposición individual que el escultor mallorquín realiza en Ibiza. Las anteriores fueron en 2004 y 2005 en la desaparecida galería Van der Voort de Vila.

Su primera muestra, en este caso colectiva, la realizó con apenas 16 años, en 1980, en la Escola d’Arts i Oficis de Mallorca, donde estudió antes de completar su formación en La Llotja de Barcelona. El artista de Pollença ha participado a lo largo de su larga carrera en diferentes ferias internacionales como ARCO, en Madrid, y sus trabajaos forman parte de diversas colecciones públicas y privadas como las de los ayuntamientos de Palma y de Mallorca, la Fundació Sa Nostra o Es Baluard Museu d’Art Contemporani de Palma.

La vena escultórica, cuenta el artista, le viene de familia, en concreto, de su abuelo Francisco Cortés, más conocido como Mestre Paco, que trabajaba de carpintero durante el día y por la noche se dedicaba a la escultura utilizando como material la madera. «De pequeño, cuando veía las obras que hacía mi abuelo trataba de copiarlas», recuerda Cortés mostrando en el móvil imágenes de sus creaciones. Sin asomo duda, apostilla, lo de ser escultor se lo debe al Mestre Paco.

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