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Historia

Un combate naval en aguas de Ibiza con mucha enjundia

El libro ‘Galiotes! Una batalla oblidada’, que ha coordinado Antoni Ferrer Abárzuza y se presenta hoy en el Club Náutico Ibiza, se centra en un enfrentamiento entre galeras cristianas y galeotas turcas acontecido en 1607

Antoni Ferrer Abárzuza con el libro ‘Galiotes! Una batalla oblidada’, ayer en la sede de Diario de Ibiza. | VICENT MARÍ

La contienda naval que describe con todo lujo de detalles la obra ‘Galiotes! Una batalla oblidada’ (Surumbam) no es un suceso marítimo cualquiera, a pesar de ser desconocido hasta ahora por el gran público. Tiene muchos ingredientes con enjundia que no le pasaron desapercibidos al historiador ibicenco Antoni Ferrer Abárzuza, que en 2020 decidió investigar en profundidad sobre este enfrentamiento entre galeras cristianas y galeotas turcas acontecido el 12 de junio de 1607 en aguas pitiusas, frente a la ciudad de Ibiza. La obra que se presenta hoy a las 19 horas en el Club Náutico Ibiza es el fruto del trabajo que han realizado él, como coordinador y autor, y otros tres colegas de profesión, Antonio Espino López, Marcus Heinrich Hermanns y Antoni Tur Torres.

Cuenta Ferrer que descubrió la historia de esta batalla de casualidad, buceando en internet en busca de información para otras investigaciones. En ese proceso se topó con la que ha sido la fuente principal de este libro, «una obra cronística publicada en 1611 titulada ‘Las décadas primera y segunda de la historia de la insigne y coronada ciudad y reino de Valencia’». Está escrita por el que entonces era rector de la parroquia de Sant Esteve de Valencia, Gaspar Escolano, que, como apunta el historiador ibicenco, «no era un eclesiástico cualquiera ya que participó en la junta de teólogos celebrada en 1608 que aprobó la expulsión de los moriscos». Que Escolano incluyera en su obra la batalla librada en aguas de Ibiza el 12 de junio de 1607 se justifica por varios motivos: «el principal, que el gobernador de Ibiza, al que el eclesiástico hace autor de la operación que culminó con el hundimiento de un galeote turco, era Alons Sanoguera, un militar valenciano».

En cuanto Ferrer se sumergió en «el relato detallado y bien escrito» de este episodio pitiuso narrado en estilo cronístico por Escolano se dio cuenta de que «ahí había chicha».

Siete contra tres

El coordinador de ‘Galiotes! Una batalla oblidada’ señala que «hay varios aspectos que convierten este suceso en especial, uno de ellos, que en él participó la escuadra de galeras de Génova, al servicio de la monarquía española, que entonces era la flor y nata de la flota hispánica». Esta escuadra, que formaban catorce galeras y comandaba el duque de Tursi, Carlo Doria del Carretto, «descendiente de una familia muy importante de Génova», había partido de Roses y se dirigía a Cartagena cuando el mal tiempo le obligó a desviarse a la bahía de Portmany el 9 de junio de 1607.

Si la presencia de estas embarcaciones en aguas pitiusas era casual, no lo era la de dos galeotas y un bergantín turco, arribadas a Ibiza para negociar el rescate de un cautivo cristiano ibicenco «que suponemos rico y del que se desconoce dónde fue apresado». Explica Ferrer, que el gobernador de Ibiza entabló negociaciones con los turcos, pero cuando se enteró de la llegada de la escuadra genovesa informó al duque de Tursi de la presencia de las galeotas para que pudiera tomarlas. Con este objetivo parte de la escuadra cristiana, siete galeras en las que también se embarcaron ibicencos, se dirigió desde la bahía de Portmany a Cala Recuita, que entonces se llamaba Cala Corsa, que es donde se había concertado la operación de intercambio con los turcos.

Sanoguera y Doria debieron pensar que aquello sería pan comido puesto que les superaban de largo en número de naves, pero subestimaron a las galeotas turcas, muy bien equipadas y más ligeras y rápidas. La batalla se saldó con una galeota hundida por la embarcación que comandaba el duque de Tursi, aunque la otra galeota y el bergantín consiguieron darse a la fuga. «Se vendió aquel episodio como un éxito», pero en realidad, apunta el historiador, la victoria de los genoveses fue relativa. Hay que tener en cuenta que «de los 70 u 80 hombres que murieron en el hundimiento de la galeota, la mayoría eran remeros cristianos cautivos» y que del rehén ibicenco que iban a rescatar no se supo más.

En aquel combate naval también fallecieron tres oficiales cristianos, que fueron enterrados en Ibiza, según consta en los registros que Ferrer consultó en el Arxiu Històric de la Pabordia d’Eivissa, que es otra de las fuentes a la que recurrió para este libro, además de la crónica de Escolano y del Archivo general de Simancas, en el que encontró correspondencia referente a los hechos.

Precisamente uno de los aspectos que más sedujo al historiador de este suceso marítimo es que habiendo ocurrido en aguas pitiusas llegara a oídos de Francisco de Sandoval y Rojas, duque de Lerma, el valido del rey Felipe III. «Todo empezó cuando Carlo Doria acusó de cobarde a quien capitaneaba la galera que perseguía a la galeota que salió huyendo. Del rifirrafe se informó a través de cartas a la Corte de Madrid y finalmente se permitió al duque de Tursi destituir al capitán», relata.

El libro ‘Galiotes! Una batalla oblidada’, que ha sido posible gracias al apoyo de la Associació Marítima Cultural d’Eivissa i Formentera, no sólo aborda la batalla. Espino se encarga de dibujar en el primer capítulo el contexto histórico en el que se produjo el suceso. Asimismo, Ferrer explica cómo eran los rescates e intercambios de cautivos y, con Hermanns, detalla cómo eran las embarcaciones de la época. Este último hace un inventario de los restos arqueológicos navales hallados en aguas pitiusas que coinciden con la cronología de este combate naval. Para terminar y «como contrapunto», Tur ofrece una foto fija del negocio de la sal en Ibiza en 1607. El autor del prólogo es Pere Vilàs, que será el encargado de presentar esta tarde el libro.

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