Aquari Quintet ofrecerá este sábado a las 19 horas un original concierto gratuito de música clásica en un escenario "poco habitual", la terraza del bar Can Pou, en el barrio de la Marina, en Vila. Lo adelanta Miquel Àngel Aguiló, uno de los componentes de esta formación de cuerda y piano y el autor de las dos piezas que se van a interpretar, ‘Criatures d’aigua’ y ‘El cap-roig’. El músico y compositor, que es también el director de la Banda Simfònica Ciutat d’Eivissa, está deseando descubrir la respuesta del público a este "experimento", organizado por la Associació de veïns i comerciants del port d’Eivissa y Can Pou.
Será la primera vez que actúe en Eivissa este quinteto compuesto por Aguiló y otros dos mallorquines, el contrabajista Xisco Aguiló y la violinista Catalina Sureda; el viola vasco Kepa Artetxe y el pianista ibicenco Llorenç Prats. "Me encanta hacer actividades culturales en sitios poco habituales", afirma el responsable de este quinteto, creado expresamente para interpretar las dos composiciones de Miquel Àngel Aguiló que se escucharán este sábado por la tarde en el puerto de Eivissa. "Será la segunda vez que toquemos este programa completo, la primera fue en Mallorca, en el festival Sons d’Estiu de Puigpunyent", explica el autor de las composiciones, "relacionadas ambas directamente con el mar Mediterráneo".
Homenaje a la ‘rotja’
La primer pieza que interpretará Aquari Quintet en el concierto de este sábado es ‘Criatures d’aigua’, una obra con una duración aproximada de media hora y siete movimientos, dedicados cada uno a una criatura marina, como la sardina, la raya, el delfín o la ballena. "Es una composición muy descriptiva y bastante divertida que se acerca un poco al mundo de las bandas sonoras y con la que el público, a través de la música, puede seguir los movimientos y las características de cada una de estas criaturas de agua", afirma su autor.
La segunda parte de este concierto se centrará en la composición ‘El cap-roig’, dedicada al cabracho, o como le llaman en las Pitiüses, a la rotja. Miquel Àngel Aguiló se inspiró en el quinteto ‘La trucha’, de Franz Schubert, para crear esta pieza de cuatro movimientos, que no solo sigue el esquema y hace guiños a la obra del compositor austriaco sino que también recurre a su melodía más famosa, "solo que con más agua salada y más espinas y un sabor más potente", bromea Aguiló.
