Elecciones Generales 23J

Irene Montero no hará campaña por Yolanda Díaz y Podemos mantendrá perfil bajo

La ministra de Igualdad abre una temporada de letargo dentro de la organización tras quedar fuera de las listas electorales

"A Irene le vamos a dar un descanso", vino a anunciar Ione Belarra al máximo órgano de dirección de Podemos

Ione Belarra, Irene Montero e Isa Serra en el Consejo Ciudadano de Podemos.

Ione Belarra, Irene Montero e Isa Serra en el Consejo Ciudadano de Podemos. / EFE

Ana Cabanillas

Irene Montero no pedirá el voto para Yolanda Díaz en su carrera a las generales. La dirigente, que ha quedado fuera de las listas y que este mismo sábado denunció un "veto injusto" por parte de la vicepresidenta gallega, renuncia a participar en la campaña electoral para los comicios del 23 de julio, donde Podemos concurrirá dentro de la coalición Sumar, asumiendo un papel secundario tras firmar el pacto dejaba fuera a la ministra de Igualdad, considerada el "mayor activo" del partido, según la propia Ione Belarra.

El Consejo Ciudadano Estatal, el máximo órgano de Podemos entre asambleas, se reunió este sábado con máxima expectación, ante la posibilidad de que el partido rompiera en el último minuto con Sumar tras la negativa de Díaz de incluir a Irene Montero. Pero en su intervención inicial, Belarra despejó la incógnita y confirmó que no rompería el acuerdo, pese a las fuertes críticas de los últimos días.

La secretaria general morada calificó de "error político" la decisión y aseguró que "lamentablemente" no había sido "posible" revertir esta situación. Además, avanzó el nuevo rol de Podemos en la próxima etapa: “Podemos asume su papel en esta candidatura, un papel modesto donde no vamos a marcar la estrategia de la campaña. Nuestro trabajo será estar detrás de Yolanda Díaz y hacer lo que nos pida”. 

Ione Belarra, durante el Consejo Ciudadano de Podemos.

Ione Belarra, durante el Consejo Ciudadano de Podemos. / EFE

A puerta cerrada, Belarra volvió a tomar la palabra para insistir en que las riendas de la campaña electoral quedan en manos de Díaz, que será en último caso responsable de los éxitos o los fracasos. "Es el momento de Yolanda Díaz", fue una de las ideas principales que emergieron durante el encuentro. La firma del acuerdo, aceptando la exclusión de Montero, ha generado rechazo en una parte de la dirección, que lo interpreta como una claudicación. Ante esto, la secretaria general morada trató este sábado de aplacar los ánimos del sector que no acaba de digerir el acuerdo y sigue mostrándose beligerante hacia Yolanda Díaz. El mensaje fue de pragmatismo: toca resistir ahora con el objetivo de, en un futuro, volver a rearmarse.

La dirigente también vino a trasladar el fin de las tensiones con Yolanda Díaz, con una bajada de decibelios tras las fuertes tensiones vividas en los últimos meses. "La batalla ha terminado", vienen a resumir algunas fuentes presentes, a modo de conclusión. La incógnita a partir de ahora estará en si la tregua continuará más allá del 23 de julio o si, una vez pasadas las citas con las urnas, Podemos volverá a la ofensiva.

"Un descanso para Irene"

Lo que sí es claro es el rol "modesto" que asume Podemos en campaña. Belarra defendió en la reunión que el partido pasa a ser un actor meramente testimonial en las próximas semanas y que tendrá un mínimo protagonismo en la carrera hacia las urnas. Este paso atrás será total en el caso de Irene Montero, que no participará de ningún modo en las próximas semanas. "A Irene le vamos a dar un descanso", vino a anunciar la secretaria general ante el máximo órgano de la formación.

Minutos antes Belarra se había pronunciado públicamente sobre el futuro próximo de Montero, dejando entrever la continuidad de la dirigente en la organización: "No sólo eres parte del presente de Podemos, sino parte indispensable de nuestro futuro". Su presencia, sea como sea, entrará en una especie de letargo, sin participar en la campaña electoral y saliendo del foco público. Desde que comenzaron las negociaciones exprés entre Podemos y Yolanda Díaz, la ministra de Igualdad ya había guardado silencio. Una situación que se alargará en esta nueva fase.

La cita del sábado fue desde el primer momento concebida como un homenaje a Irene Montero, que también dio un discurso retransmitido en abierto, donde se dibujó como una víctima de la "ofensiva reaccionaria": "Ahora nos están mostrando con dureza las consecuencias que nos quieren hacer pagar por hablar, por no callar, por conquistar derechos. La violencia política y su disciplinamiento", advirtió, deslizando que con su caída Sumar había aceptado "las reglas de juego de la reacción".

Una vez apagadas las cámaras, ya a puerta cerrada, Montero volvió a tomar la palabra en una intervención muy distinta a las que vienen siendo habituales en la dirigente. Si la ministra de Igualdad se suele caracterizar en estos espacios por su vehemencia y sus acalorados discursos, en esta ocasión defendió la posición del partido de una manera fría y racional, asegurando que era la manera de asegurar las mejores opciones para el partido, que tras el acuerdo tiene 15 puestos de salida y 8 diputados asegurados. Una visión "posibilista", según resumen algunos de los testigos, con la idea de recomponerse tras los malos resultados del 28M y consolidarse a medio plazo.