El mutismo sobre la imagen y la oferta de ocio que acompañarán la reapertura de Privilege en 2025 es prácticamente absoluto. De momento, ni tan solo ha trascendido si mantendrá este nombre, con el que en 1993 sustituyó al mítico Ku. Previamente, la historia de esta sala de fiestas nació en los años 70, en el viejo Club San Rafael, de la mano del polifacético cantante, pintor, escultor y escritor Sigfrid Meir, que alcanzó notoriedad internacional como niño superviviente del campo de concentración de Auschwitz. Por cierto, abunda la información errónea en la web que atribuye a Meir haber sido el precursor de la discoteca Amnesia, cuando el nombre original de esta última era El Taller del Olvido y su fundador fue Antonio Escohotado.
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Discreción
Los pocos trabajadores con los que uno se puede encontrar en los exteriores de Privilege dejan claro que no pueden comentar nada respecto a lo que sucede en el interior. «Me cortarían los...», bromea uno de ellos. En el aparcamiento de la entrada principal solo se aprecia una caseta de obras. Todo el perímetro se ha cercado con una valla metálica.
En uno de los laterales, sí que asoma la icónica cúpula aún con el nombre de la discoteca. En cambio, desde la parte posterior, en las pistas sin asfaltar que enlazan con el Camí de Forca, se contempla perfectamente la inmensa estructura de la nave, completamente desnuda, solamente con las columnas y la cubierta.
El pasado noviembre, cuando el Grupo Matutes ya había ganado el litigio sobre la propiedad con su exsocio José María Etxániz, un portavoz de la compañía lamentaba que las instalaciones se encontraban en estado de «abandono absoluto». Los últimos trabajos de mantenimiento fueron muy anteriores a su última temporada en marcha, en 2019.
De momento, solo ha trascendido que el presupuesto de su reforma, aprobado por la Comisión de Ordenación Turística del Consell, asciende a 8,2 millones de euros. Y que el responsable de configurar su forma será Yann Pissenem, socio del Grupo Matutes en Usuhaïa Entertainment, con los que ya regenta el hotel homónimo, el Hï Ibiza y el Playa Soleil.