La propiedad de Privilege rechaza que se cumplan los motivos para caducar la licencia

La empresa propietaria apunta que desde que se ha recuperado la titularidad de la sala de ocio, que no abrirá el próximo año, se han llevado a cabo varios trámites y actualmente se están realizando catas

La propiedad de la discoteca Privilege, la sociedad Bahía de San Antonio, niega que se hayan cumplido los dos años sin actividad que permitiría caducar la licencia, tal y como reclamó el grupo ecologista GEN-GOB al Ayuntamiento de Sant Antoni, quien incoó un expediente para resolver la cuestión.

Fuentes de la empresa, perteneciente al Grupo Matutes, señalan que en ningún caso se alcanza ese periodo al tener en cuenta el cierre de las salas de ocio nocturno por culpa de la pandemia sanitaria por el covid-19, iniciada en marzo de 2020. Privilege abrió sus puertas por última vez en la temporada 2019. Después, en 2020 y 2021 llegó el covid-19 y paralizó toda la actividad económica. La primera, la del ocio nocturno.

Así, fuentes de la empresa mantienen que, si bien en 2022 se dio el visto bueno a la apertura de las discotecas, a finales del mes de abril, el plazo requerido por el GEN-GOB se cumpliría en el mismo mes del próximo año. Esta será una de las alegaciones que presentarán ante el Consistorio portmanyí para evitar la caducidad de la licencia.

La discoteca de Sant Rafel, cerrada a cal y canto.

La discoteca de Sant Rafel, cerrada a cal y canto. / Toni Escobar

Además, las mismas fuentes resaltan que desde que se recuperó la propiedad de las instalaciones, y tras la «batalla legal», se han llevado a cabo toda una serie de actuaciones que constatan, a su parecer, que no se ha desatendido la discoteca ni el interés por la actividad.

Con la «batalla legal», las mimas fuentes se refieren el largo litigio judicial que han sostenido los que fueran socios. Por un lado, el empresario vasco José María Etxaniz y, por otro, la sociedad Bahia San Antoni, vinculada a Grupo Empresas Matutes.

Licencia de obras

Entre estas acciones, se menciona el cambio de titularidad de la discoteca o el hecho de solicitar licencia para hacer obras.

Además, inciden en que estos movimientos no se han podido hacer hasta que el juzgado no ha dado el consentimiento y una vez que el empresario ibicenco adquiriera las 5.000 acciones que todavía estaban en manos del que era su socio en este negocio, José María Etxaniz, al frente de la sociedad Baltanxa.

En este sentido, y una vez recuperada la propiedad de la discoteca, fuentes de Grupo Empresas Matutes avanzan que es «complicado», incluso, «improbable» que la hasta ahora conocida Privilege abra sus puertas la próxima temporada turística. «Se están realizando catas para saber en qué situación está la estructura, porque durante mucho años no se había hecho ningún tipo de mantenimiento», precisan.

Detallan que las instalaciones están en un estado de «abandono absoluto» y «muy deterioradas», lo que complica que el nuevo proyecto, que se encuentra en una situación «embrionaria», pueda estar listo para el verano de la próxima temporada.

Recuperar el prestigio

Las mismas fuentes explican que la discoteca, tal y como se encuentra, no superaría ninguna inspección municipal y a modo de ejemplo destacan que las instalaciones no tienen ni aire acondicionado ni los suficientes baños ni salidas de emergencias.

Por todo ello, desde Grupo Empresas Matutes asegura que trabajará para abrir una «señora discoteca», precisan, y recuperar «el buen nombre que tuvo la discoteca en la antigüedad»a.

Recuerdan que con la apertura de la discoteca, que probablemente no mantenga el nombre de Privilege, se está jugando con la «seguridad de los clientes y los trabajadores» y también «con la marca Ibiza».

Aún así, desde Grupo Empresas Matutes no han detallado ni cuál será el modelo de la discoteca ni si existe un presupuesto cerrado para la ejecución de obras y para su reapertura.

De Club San Rafael a ostentar un récord en el Libro Guinness

La discoteca Privilege ha vivido en sus cuatro décadas de vida momentos mucho más gloriosos que los de los últimos años, cuando ha saltado a los medios de comunicación por la batalla judicial entre los socios. El transformado Club San Rafael pasó a denominarse KU, convirtiéndose en la mítica discoteca de la mano de los vascos Javier Iturrioz, Jose Luis Anabitarte y José Antonio Santamaría. La discoteca, con una capacidad para 10.000 personas, se conviertió en la más grande del mundo, según el Libro Guinness de los récords.

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