El ciberataque: un delito que avanza rápido y es difícil de frenar

La unidad de Prevención Ciudadana de la Policía Nacional de Ibiza proporciona pautas a comercios y ciudadanos de la isla para aumentar la seguridad contra este tipo de ataques informáticos

Carlos Muñoz y Laura García, agentes de la unidad de Prevención Ciudadana de la Policía Nacional, en la Comisaría de Ibiza.

Carlos Muñoz y Laura García, agentes de la unidad de Prevención Ciudadana de la Policía Nacional, en la Comisaría de Ibiza. / TONI ESCOBAR

Ángela Torres Riera

Ángela Torres Riera

La ciberdelincuencia es «una extensión» de la delincuencia. Igual que el resto de aspectos de la vida de los ciudadanos, los delitos también tienen su prolongación en el plano digital, donde todo avanza a un ritmo mucho más rápido. Los agentes Carlos Muñoz y Laura García, de la unidad de Participación Ciudadana de la Policía Nacional de Ibiza, luchan contra este nuevo modo de delinquir «informando» en el ámbito doméstico y empresarial.

«De por sí sola, la información no cura ni salva vidas, pero sin ella estamos perdidos», considera Muñoz. Aunque toda la población es vulnerable frente a este tipo de ataques (o malwares), normalmente, el objetivo son «empresas o a gente que tiene datos que per se tienen mucho valor, bien porque están relacionados con la actividad de la propia compañía y pueden aportar beneficios al venderlos a terceros, bien porque pueden servir para extorsionar y pedir un rescate a cambio», continúa el agente.

Algunas empresas privadas de Ibiza (entre ellas, varias aerolíneas) y también entidades públicas han sido víctimas de ciberataques que han bloqueado su sistema informático y han creado, sobre todo, alarma entre los trabajadores. «Uno de los consejos que damos —desde la comisaría— es instruir a los empleados para que, si reciben un correo extraño, sepan cómo actuar», apunta García. Otra recomendación es contar con «un buen cortafuegos y con un antivirus empresarial» para evitar intromisiones.

«Para ejecutar este tipo de delitos informáticos se suelen utilizar técnicas de software malicioso: ransomware», sigue detallando. Lo que se pretende es secuestrar los datos de la empresa bloqueando el acceso al sistema informático o encriptando los datos de manera que, aunque se pueda acceder a ellos, no se puedan descifrar y se conviertan en carácteres totalmente incomprensibles e inútiles.

En ese sentido, el malware (el programa malicioso introducido por medio del ciberataque) se clasifica por niveles de extorsión a la víctima, que van desde la simple hasta la triple extorsión.

No pagar el rescate

Ante la petición de un rescate monetario, que se pide o con divisas habituales o a veces en bitcoins, Muñoz aconseja «no pagar nunca». «Normalmente siempre va a más y después de la solicitud de un primer pago siempre hay un segundo.

Lo que se tiene que hacer es contactar con el servicio técnico informático y acudir a la comisaría a denunciar», asegura. Una vez hecho este trámite, la unidad de ciberdelincuencia del cuerpo de seguridad investiga y actúa.

Por otro lado, aunque el agente explica que hay pocas probabilidades de que un particular sufra un ataque similar, siempre hay que mantenerse alerta. «Cuando se trata de los ciudadanos se suele utilizar una técnica llamada scareware, más de andar por casa, con una ingeniería más simple», continúa. Habitualmente se trata de una pantalla sospechosa con un enlace que en ningún caso hay que clicar.

En este sentido, la unidad trabaja para ayudar a la gente a «desarrollar en el plano virtual esa intuición que se tiene en la vida real». «En una ciudad nueva no te metes por una calle oscura y aparentemente peligrosa, pues en internet igual, eso es lo que se tiene que entrenar», termina.

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