Cáritas de Ibiza prevé tener en primavera el nuevo albergue y un piso para atender a presos

La entidad celebra su asamblea general ordinaria para aprobar el presupuesto del año 2024, en el que figuran como elementos destacados la puesta en marcha del centro de acogida, con 19 plazas, y la construcción de la nave prevista en los terrenos de Can Pep Xico

Reunión de la Asamblea General Ordinaria de Cáritas Ibiza. | VICENT MARÍ

Reunión de la Asamblea General Ordinaria de Cáritas Ibiza. | VICENT MARÍ / Isaac Vaquer. eivissa

Las obras del nuevo centro de acogida de Cáritas en la última planta de su sede en la calle Carlos III y que dispondrá de 19 plazas van viento en popa y, si se cumplen los plazos, Vibra Hotels las entregará antes de primavera. Al mismo tiempo están concluyendo los trabajos para poder disponer de un piso que la entidad de acción social de la iglesia católica prevé destinar a dar un espacio a los presos que obtienen permisos penitenciarios, si no disponen de una vivienda, algo habitual en el caso de muchos presos extranjeros. También está previsto el inicio de la construcción de una nave que centralizará los servicios no asistenciales de la entidad.

Estos son tres de los nuevos proyectos que Cáritas incluye en su presupuesto 2024, aprobado ayer en la Asamblea General Ordinaria de la entidad. El director de Cáritas Ibiza, Joan Torres, apuntó que la previsión es poder conveniar o concertar con las administraciones ibicencas estos servicios para poder darles viabilidad económica a largo plazo.

Más implicación empresarial

Torres indica que se ha producido un cambio de tendencia en 2023 que le da «esperanza» para mantener la labor asistencial que realizan, que alcanza donde muchas veces no llegan los servicios sociales de las administraciones públicas. «La responsabilidad social de las empresas ibicencas ha crecido y notamos mayor sensibilidad por su parte», celebra Torres. Señala los dos ejemplos más destacados de esto: el importante donativo de 200.000 euros de Ushuaïa Entertainment, que permitió saldar completamente la deuda de Cáritas Ibiza, y el impulso de la reforma del centro de acogida por parte de Vibra Hotels.

De esta última iniciativa destacó que la cadena hotelera haya logrado involucrar a una veintena de empresas de suministros para ejecutar juntos esta obra «no con dinero (al margen del coste de materiales y los sueldos de la mano de obra) sino mediante el trabajo, ejecutando ellas mismas la obra», subrayó, «sólo hay que subir para ver la ilusión con la que se está trabajando, teniendo en cuenta lo que se está construyendo». El coste económico del proyecto rondaría los 400.000 euros, según estimaciones de Vibra Hotels.

Los motivos de este cambio entre las empresas son fruto, según Torres, de que cada vez existe una mayor concienciación y que «la vertiente social va unida a la excelencia de las empresas».

A este «incremento de la sensibilidad de la sociedad civil» sumó la decisión de las administraciones de pasar del sistema de subvenciones a los conciertos o los convenios, como establece la normativa balear de Servicios Sociales. «Las subvenciones nunca cubren el 100% del coste de los servicios y generan un agujero que va aumentando cuanto más hacemos», explicó Torres. Desde Cáritas se quiere utilizar esta fórmula tanto para el centro de acogida como para el piso dispuesto para personas que salen temporalmente de prisión, aunque de momento se sufragará con fondos propios.

Pequeña fuente de ingresos

Este año no todo han sido gastos para Cáritas, también se ha puesto en marcha la tienda de ropa bautizada como Vintage, que funciona dentro de la cooperativa Moda Re y supone una fuente de ingresos para la entidad.

Toda la ropa que se pone a la venta se trata previamente en Barcelona, ya sea simplemente mediante limpieza y desinfección si está en perfecto estado o mediante la reparación o, incluso, reelaboración de prendas a partir de la ropa recogida en los contenedores instalados por Cáritas en diversos puntos de la isla. En Ibiza se recogen alrededor de 350 toneladas de ropa usada al año, indicaron desde la entidad.

«Esta tienda, además de una humilde fuente de ingresos, nos permite dar ropa a la gente que lo necesita y está dentro de nuestro programa de inserción, a través del que ofrecemos empleo a personas en riesgo de exclusión que participan en nuestros programas.

Torres quiso recalcar la dificultad presupuestaria de entidades asistenciales como Cáritas. «Nuestra posición es difícil, trabajamos sin tener ingresos y generando gasto. No tenemos ningún beneficio, pero tampoco queremos tener deuda, por lo que nos movemos en un equilibrio delicado»,

Suscríbete para seguir leyendo