Vecinos y comerciantes exigen a Vila que una parte de Sa Peixateria se dedique a mercado

Cuatro asociaciones de vecinos y comerciantes de los barrios de Sa Penya, la Marina, el puerto de Vila y la Plaza del Parque (todas las de estas zonas menos una) exigen al Ayuntamiento de Ibiza que el futuro proyecto de Sa Peixateria incluya, al menos, un mercado.

En un comunicado firmado por la Associació de Vesins de la Marina, la Associació Salvem sa Penya, la Asociación Vecinos Comerciantes del Puerto y la Asociación de Comerciantes de la Plaça del Parc, muestran su «preocupación» por la decisión del Consistorio de «no emplear» Sa Peixateria para la creación de un «mercado o instalación similar» que permita dar servicio a los residentes.

Por ello, exigen a la Administración municipal que «al menos» una parte principal de este histórico edificio se destine a unas «instalaciones comerciales», que consideran «vitales» para el «desarrollo y recuperación» de la zona.

Destinar un parte del espacio de Sa Peixateria para supermercado, con carne, pescado y alimentos de primera necesidad, y el resto del edificio a local polivalente es una de las «soluciones» que plantean los vecinos y comerciantes para conjugar las intenciones del Ayuntamiento de Ibiza con los deseos de los residentes.

Vila mantiene su intención

Por otro lado, el pasado martes se produjo una reunión en la que estaban presentes representantes de los diferentes colectivos vecinales y comerciantes así como el alcalde de Vila, Rafael Triguero, el concejal de Urbanismo, Juan Flores, y la responsable de Comercio y Turismo, Laura Planells.

En dicho encuentro, y según los vecinos, se plantearon diferentes alternativas para poder encontrar una solución satisfactoria para ambas partes, pero los representantes municipales mostraron su intención de ejecutar el proyecto ya anunciado, es decir, convertir Sa Peixateria en un centro cultural.

Desde el Ayuntamiento de Ibiza, por su parte, rechazaron este jueves hacer declaraciones al respecto y aseguraron que «seguirán avanzando con el proyecto tal y como lo habían planteado», apuntaron fuentes municipales, y reiteraron su intención de «dotar a la zona de un espacio de uso cultural».

Desde las asociaciones señalaron la necesidad de hacer políticas para «atraer a vecinos» a los barrios históricos, y no sólo a visitantes. Así, apuntaron que la Marina se ha ido convirtiendo en un entorno «cada vez más turístico», lo que hace «más necesario que nunca» recuperar la «vida social y de ciudad».

La situación en la que se encuentran los residentes de las zonas de la Marina, sa Penya, Dalt Vila y el puerto se agrava si se tiene en cuenta que el supermercado más cercano, ubicado en la Plaça del Parc, cerrará de forma «inminente», detallan.

Insisten en que una de los principales problemas del barrio histórico es la movilidad y califican de «esencial», como estructura vecinal y social, poder realizar la compra diaria «sin tener que desplazarse fuera del barrio».

En el comunicado indican además que contar con un espacio comercial sería de «utilidad» tanto para los vecinos como para los establecimientos de restauración y hostelería de la zona, que podrían realizar compras puntuales, tal y como sucede ahora con los puestos de fruta y verdura en el Mercat Vell.

Un proyecto de 2009

El proyecto para la rehabilitación de Sa Peixateria se remonta a principios de 2009, con la socialista Lourdes Costa como alcaldesa. Por aquel entonces se anunció que el Ministerio de Vivienda financiaría el proyecto, en el que se preveía instalar varios puestos de productos frescos y uno de degustación de productos locales, con un coste de 2,8 millones. Con el cambio de gobierno municipal, la reforma de Sa Peixateria nunca llegó a ejecutarse. No fue hasta 2020 cuando el Consell de Capitalidad recuperó el proyecto y acordó invertir tres millones de euros en la reforma del Mercat Vell y Sa Peixateria.

El pleno del Ayuntamiento de julio de 2022 aprobó la ejecución del proyecto con la abstención del PP. El acuerdo preveía una inversión plurianual con un gasto previsto de 3,7 millones de euros, de los que tres millones eran aportado por Govern balear y Consell de Ibiza y el resto iban a cargo de las cuentas municipales.

Con el nuevo cambio de gobierno municipal, el ejecutivo liderado por Rafa Triguero anunció el cambio de uso, descartando los proyectos anteriores para convertir Sa Peixateria en un centro cultural.