8 de la mañana: cuando el paseo de s'Arenal se transforma en un basurero al aire libre

A primera hora del día, el paseo de la playa de s’Arenal de Sant Antoni muestra todavía los restos de la fiesta nocturna

Dicen que a quien madruga, dios le ayuda. No es el caso de las personas que a las 7.45 de la mañana pasean por el paseo marítimo de la playa de s’Arenal en Sant Antoni. Jubilados que aprovechan que el calor todavía es soportable, vecinos que han sacado a su perro para el paseo matinal, adeptos al deporte que salen a correr, trabajadores de los hoteles de la bahía que comienzan el turno a las 8… Todos ellos se encuentran con el desolador panorama de un extenso basurero al aire libre en el que destacan dos elementos: los cristales rotos y los globos del gas de la risa.

«Esto es una vergüenza, no pensaba que podríamos llegar a este estado de dejadez», comenta Julián, un turista de Getafe que es habitual de Sant Antoni y que asegura que este año está «peor que nunca». «A las siete todavía hay muchos ingleses consumiendo el gas en la calle y los de la venta ambulante les abordan para robar, que yo lo he visto. Ahora [las ocho de la mañana] ya está tranquilo. El problema es que no se ha limpiado nada».

Un basurero al aire libre |

Botella de cerveza rota en el paseo marítimo. / D.V.

Un basurero al aire libre |

El carrito del trabajador del servicio de limpieza, que se encuentra desbordado por la situación. / D.V.

A las seis de la mañana cierran las discotecas situadas junto a la playa y, dos horas más tarde, la mayoría de turistas británicos han abandonado el paseo marítimo: apenas un par de ellos duermen en la playa y otros dos, en la arena, aspiran aturdidos los últimos globos de la jornada. Es el momento en el que los locales salen a disfrutar de la mañana, pero lo que se encuentran parece un campo de batalla. Este año, los casquillos de aluminio de óxido nitroso (N2O) han desaparecido del paisaje, sustituidos por los globos. El gas de la risa ya no se consume en dosis individuales, sino que se hace a través de envases grandes que contienen 640 gramos de N2O.

«Esto es asqueroso y está así cada día», explica Antonio, un jubilado que ha salido a pasear: «Empiezan a limpiar muy tarde. Son las ocho de la mañana y esto no puede estar así de guarro. Además, no tienen recursos. Yo aquí solo veo a una mujer con un carrito. No da abasto para todo lo que hay».

«Se orinan donde les parece. El paseo es un meadero. Lo ensucian los ingleses, pero también los de aquí, ¿eh? El Ayuntamiento debería tomárselo más en serio», reclama Milagros, una vecina.

Un basurero al aire libre |

Uno de los cargadores del gas de la risa. / D.V.

«Son momentos puntuales»

La concejala de Medio Ambiente, Playas y Limpieza del Ayuntamiento de Sant Antoni, Josefa Torres, explica que el operativo de limpieza empieza a las seis de la mañana, y que las primeras zonas por donde se trabaja a fondo son las calles del West, «ya que allí los locales cierran antes, y se deja para más tarde la playa de s’Arenal». Según la edil, «sobre los ocho ya debería estar todo limpio, aunque puede suceder que, por algún imprevisto, todo se retrase, pero son hechos puntuales».

Ayer, entre las siete y media y las ocho de la mañana, las calles del West estaban ya en perfecto estado de revista, y tras pasar el vehículo que barre y aspira la suciedad, los trabajadores aplicaban el chorro de la máquina hidrolimpiadora. A la hora a la que, en teoría, el trabajo debería haber terminado, todavía se trabaja en el paseo de ses Fonts. «Estamos en pleno agosto, puede suceder», justifica la concejala, «pero son días puntuales».

Un basurero al aire libre

El vehículo de la limpieza en s’Arenal, a las 8.40 de la mañana. / D.V.

Un basurero al aire libre

Antonio, junto a los restos de porquería. / D.V.

«Nosotros venimos cada año y ya cuentas con la suciedad y los ingleses durmiendo la mona en la playa», comentan Marcos y María, una pareja de turistas de Barcelona que se alojan en la bahía y que han sacado a pasear a su perro, «pero lo de la suciedad de este año nos ha sorprendido. Todo la porquería la han acumulado en medio. No sé si es la forma que tienen de limpiar o qué, pero es una vergüenza. No lo habíamos visto así nunca». Marcos también se queja de la gran cantidad de cristales rotos que hay: «Acabo de pisar uno, suerte que voy con bambas».

Por fin, a las 8.20 aparece un vehículo de limpieza en un extremo del paseo de s’Arenal, mientras que en el otro lado, junto a sa Punta des Molí, se pasan las mangueras de limpieza. Hay mucho por hacer hasta que a las 9 horas logran completar los trabajos de limpieza. Ahora, sí, el paseo marítimo ofrece un aspecto presentable. Premio para los menos madrugadores.

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